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Hola mis amores, como están? Les dejo un cap para pasar el rato ❤

Pasado: 

 Eric McGraw había soportado muchos grados de dolor y tortura, física y emocional, a lo largo de los años. Formaba  parte de su educación, de la educación de cualquier hijo de la Bratva. Pero nunca esperó que el poli tonto consiguiera desestabilizarlo de aquella manera solo con apretar su cuerpo contra el suyo. 

Sí, Eric tal vez tenía algo de masoquista para aceptar lo que Jesse estaba haciendo con él, pero no podía alejarlo. Incluso ese contacto adusto era mejor que nada. Jesse había seguido con lo de ir a dormir cada noche con él,  no conforme con eso se apretaba de tal manera que cada parte de su cuerpo estuviera en completo contacto con el de Eric, pero en cuanto el pelilargo intentaba avanzar solo un poco para acariciarlo,Jesse se echaba a llorar como si acabara de asesinar a su conejito. 

Dios, Eric no tenía idea de si Jesse había enloquecido o si intentaba enloquecerlo a él, si era lo segundo iba por buen camino, pero incluso él tenía sus límites, se encontraba tenso como la cuerda de un violín intentando calmar su propio temperamento. Parte de él quería gritarle que se apartara de él,  o se quedara a su lado, pero eso… lo que sea que estuviera haciendo Jesse era una tortura de la que no estaba seguro cuanto tiempo más aguantaría.

En esos momentos de hecho, se encontraba en su cama, con Jesse en sus brazos, la pierna del poli entre las suyas apretando su adolorida erección que llevaba tiempo sin ser atendida, su propia pierna sobre la cadera de Jesse disfrutando de su piel desnuda, sus pechos en completo contacto, podía sentir la piel tibia de Jesse calentando la suya, los regordetes y suaves labios del poli aplastados ligeramente contra su boca en un no beso que llevaba semanas sin poder acabar. 

Jesse no se lo había permitido ni una maldita vez.

 Como si no fuera suficiente con eso, Eric se torturaba a sí mismo rodeando las costillas de Jesse con su brazo para apretar más su cuerpo contra el propio dejando descansar su mano entre los omoplatos del poli.

Sí, a Eric le gustaba torturarse, llevaba un par de semanas así, sus nervios a flor de piel desde entonces mientras jesse dormía plácidamente entre sus brazos. Si lo había perdonado o no, Jesse no se lo había dejado claro. Por la mañana seguía huyendo de él como si fuera la peste, por la noche, volvía a su cama. 

Su madre comenzaba a pensar que había  perdido la cabeza.  Sí, Natsya no estaba a favor  de que dejara vagando por la casa como si nada. La respuesta de Eric fue que ella también era su "prisionera" y no por eso la tenía encerrada en una celda.

Eric era un carcelero relativamente amable. Vamos, con cuidado acarició la línea de la espalda de Jesse. El rubio se removió empujando ligeramente su cadera hacia adelante. La boca de Jesse se abrió en un suspiro. Labios suaves presionando ligeramente  sobre los suyos. El muslo de Jesse se apretó contra el de Eric antes de que sus ojos se abrieran, verde contra miel. 

Eric se tensó esperando su reacción. Jesse solo pestañeó.

-Jess…-Eric intentó acariciar su rostro pero el rubio corrió su cara.

Eric frunció el ceño arto de esa situación extraña en las que lo había sumido el poli en las últimas semanas. Si tanto lo quería lejos, Eric podía dárselo, ni siquiera sería el primer hombre al que amara que tuviera que dejar ir.  Tal vez ese era su karma  apretó la mandíbula, su caricia rechazada cerrada en un puño antes de apartarse.

-Sal de mi cama. -Murmuró en tono bajo.

-no.-Eric cerró los ojos ante la negativa armándose de paciencia.

El legado de Cain (Parte II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora