Prólogo

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El joven rubio despertó ligeramente desorientado. Su cuerpo se sentía malditamente adolorido. Pestañeó y se obligó a tragar una bocanada de aire, podía sonar como una locura pero el aire se sentía más puro a su alrededor, dolorosamente picante para sus pulmones acostumbrados al smog de la ciudad.

¿Dónde demonios estaba?

Miró a los lados. Estaba en una cama matrimonial y un edredón blanco cubría sus muslos. Estaba desnudo y sus manos aún llenas de morados por los pinchazos le recordaron el accidente.

Eric.

Casi se le hacía sentir el líquido quemando en sus venas ¿qué demonios había sido eso? Jesse recordaba el dolor y luego desvanecerse en la más mortal oscuridad.

Jesse se puso de pie todo lo rápido que su cuerpo se lo permitió pese al dolor. Intentó buscar algo de ropa pese a su corazón latiendo a la carrera por el ambiente desconocido que lo rodeaba. No había nada. Cielos.
No había ventanas, el cuarto parecía estar herméticamente cerrado y ni siquiera se sorprendió del todo cuando al comprobar la puerta esta no cedió.
Volvió hasta la cama y se sentó consiente de su desnudez y lo indefenso que se encontraba en ese momento.

Mierda. ¿Donde demonios estaba?
¿Que era lo que había pasado?
¿Y donde estaba su esposo?

Chan chan chan.....

Nota importante:

Como saben el legado de Caín parte I y Lo peor de mi, Ocurren en tiempos paralelos, y para poder comprender ambas historias es recomendable que terminen primero esas dos antes de empezar con esta.



El legado de Cain (Parte II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora