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Eric se tensó. Otra vez ese mal intento de detective estaba en la tumba de su esposo. ¿Acaso ni muerto iba a dejarlo en paz?

Eric soltó un gruñido desde la parte posterior de su garganta al ver de lejos la figura de Nick Abrams arrodillada frente a la tumba de Jesse.

Ese día llovía. Oliver puso un paraguas sobre su cabeza apenas abrir la puerta del coche. Eric Iba con Max. Habían pasado varios meses desde que tuvo que ocuparse del asunto con el poli.

Sí, las cosas se habían puesto bastante oscuras y sombrías después de la explosión.

Eric se había vuelto bastante despiadado al caer en la cuenta de que quisiera o no, él era un Vory, un miembro de la bratva, un hijo de la mafia, un hombre de Caín con un legado que lo perseguiría y arrastraría a todos lo que amara con él.

Él era el villano de la historia, los hombres malos no tenían finales felices. Le había llevado su tiempo comprenderlo pero lo había hecho. Tarde o temprano todos acababan por comprender su lugar en el mundo.

Él nunca podría llevar una vida feliz y mediocre, no importaba con quien lo intentara, claramente acabaría arrastradolos a su mundo de mierda. Sin importar lo que hiciera, no podía evitarlo, les fallaría, como a Jesse.

Jed, Edd y Will no se merecían eso, se había alejado de sus amigos en el ultimo tiempo y dedicado a ser lo que era. Un jefe, un asesino. Un hombre solitario. Su abuelo estaría orgulloso de sus decisiones. Chasqueó su lengua pensativo.

Oliver aún lo observaba con desconfianza, como si esperara que en cualquier momento se desmoronara. No lo haría. Eric estaba roto de muchas formas para ese momento pero no se desmoronaría. Ese tren había zarpado hacía tiempo. No quedaba nada de él para que se desmoronara de cualquier modo.

El Eric que había ambicionado un final de cuentos de hadas era ahora prisionero de su cárcel mental mientras la bestia salía de paseo la mitad del tiempo. Había una sola manera de hacer lo que hacía sin morir en el intento: disfrutando.

Eric había aprendido a buscar el placer en los gritos de sus víctimas.

-Vamos Max.-Le dijo al niño que con ojos llorosos se aferró al bajo de su camisa ocultando su rostro en la espalda de Eric.

Si aún le quedaba algo de corazón al pelilargo, ese niño se lo estaba rompiendo en ese momento. Él era un monstruo. Diablos, él había destrozado su familia por completo.

Que luego de la noticia de la muerte de Jesse, Carol había quedado destrozada y prácticamente incapaz de cuidar del niño.

Max había quedado solo. Como él.

Eric se había hecho cargo de darle una nueva familia. Se lo debía. Que el niño comprendiera parcialmente eso de "quedarse del lado de los malos" había ayudado bastante.

-Hay que saludar a Jesse.-insistió invitándolo a que bajara.

El niño obedeció. Vania iba detrás de ellos.

A pesar de que su hijo y el pequeño Max se hubieran hecho muy unidos en el último tiempo- al punto de que Max tenía su propia cama en la habitación de Vania- la dominical tradición de visitar a Jesse era algo que Eric y Max compartían en silencio.

Solo ellos, luego de dejarle flores en su tumba era normal que almorzaran afuera los tres y al regresar a casa se encerraran Max y Eric un buen rato en la oficina del pelilargo.

Vania se había preguntado más de una vez, de hecho, de que era lo que podían hablar.

Max le había dicho en una ocasión que le contaba historias de Jesse. Era una especie de tradición que habían desarrollado. Una a la que Vania no estaba invitado.

El platinado a veces sentía celos de la relación que su padre y su mejor amigo habían desarrollado.

Eric era hasta casi paternal con Max, de hecho era la única persona con la que últimamente era amable, en más de una ocasión Vania lo había visto arroparlo y darle besos en la frente para que el niño duerma.

Vania jamás había recibido esos tratos de su padre. De hecho, Eric trataba al pequeño como si fuera la verdadera joya de la corona. Vamos, si no lo tenía bajo su radar, ponía al menos dos de sus hombres para que lo vigilaran.

Vania se había vuelto algo así como el guardaespaldas y juguete personal de Max.

-El es tu vida.-le había dicho su padre antes de encargarle al niño, y Vania no se había atrevido a contradecirlo.

Había sido claro, si algo le pasaba a Max, él la pagaría. Vania sabía defenderse, había sido criado como todo vory para hacerlo y podía cuidar de Max, se creía bastante capaz de eso, pero Eric realmente estaba obsesionado con la seguridad del pequeño Roger.

Vania no lo entendía pero tampoco era adepto a ir contra su padre. Que por un tiempo había creído que su madre había exagerado. Todas las historias que le habían contado de Eric le parecieron falsas cuando conoció al hombre relativamente amable que sonreía a todo el mundo con su sonrisa ladeada y parecía girar alrededor del Roger mayor.

Vania no había llegado a conocer demasiados de Jesse Roger pero parecía un hombre amable. Vamos, sin duda era un hombre que suavizaba a su padre y había sido bueno con él, max siempre le decía lo buen hermano que había sido el poli. Max lo extrañaba mucho, varias veces había tenido que abrazar al pequeño y consolarlo por horas, prometiéndole una y otra vez que él no lo iba a dejar.

Maxi definitivamente estaba aterrado con que volvieran a dejarlo, al punto que verlo llorar hacia cosas extrañas con el chico mayor que se prometió a si mismo que lo cuidaría independientemente de las ordenes de su padre.

Sí, Jesse Roger había dejado atrás muchos corazones rotos.

Desde que no estaba en la ecuación había visto cómo Eric se volvía una persona dura, cerrada.

Había oído a Oliver hablar con Rebeca de lo preocupado que lo tenía.

Eric no se había vuelto duro solo con su hijo, sino con todos. Vamos, Vania había visto como le disparaba en la pierna al chofer por contradecirlo en un asunto de la Bratva. Eso los había dejado a todos sorprendidos, Eric siempre había sido relativamente condescendiente con sus empleados y en especial con los que trabajaban en su casa.

Desde entonces el chofer se había mantenido a una distancia prudencial y les había recomendado a Vania y su madre que hicieran lo mismo.

Eric no estaba, en su mejor momento. Sin su ángel para guiarlo por el camino, parecía que había perdido su rumbo.

Badaths...
😱
este cap. Es más como una intro asi que mucho no sé que decirles sobre él ¿que opinan? jijiki

El legado de Cain (Parte II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora