pasado
la casa olía a pastel de manzanas recién horneado, y Jesse se sintió como el peor farsante cuando estuvo sentado a la mesa de Nina. Jesus, Nick había dicho que quería que conociera a alguien, como mucho Jesse esperaba que fuera un sospechoso o su perro. Jesse no esperaba que fuera la mujer que lo había criado, su tía Nina, eso había sido por mucho pasar el ámbito de lo casual. Jesse se sentía abrumado y como un mentiroso en esa mesa.
De pronto tenía un novio normal, con citas normales, con una familia que no lo odiaba ni amenazaba su vida, pero Jesse se encontró a si mismo sintiéndose incomodo. Nina era una mujer encantadora en sus 60, andar lento y maternal, hasta había apretado sus mejillas y preguntado por su vida. vivía en una bonita casita de suburbio, pequeña, con patios de jardines que competían con los de los vecinos.
Nada de adictos encerrados en ranchos de Mexico que amenazaran su vida, nada de regalos millonarios, nada de coches de lujos y mansiones, drogas, y armas, contra todo Jesse se había sentido más a gusto conociendo a Natsya que a Nina.
Nina era demasiado normal, Nick era demasiado normal. Jesse ya no se sentía como un tipo normal. Había vivido más de un año junto a un asesino—narco, había comenzado a dudar de su cordura y de sus principios.
Nick y Nina eran todo lo bueno que Jese hubiera deseado antes de conocer a Eric. Nick era de los buenos, tenía en claro a quienes atrapar a quienes ayudar, era honrado y con valores firmes sobre el bien y el mal. Nick era Jesse antes de conocer a Eric. Nick era comprensivo y protector, el novio que Jesse siempre hubiera deseado tener antes de Eric. De hecho en esos momentos se encontraban acurrucados en el sillón de la sala de Nina con chocolate caliente y una manta. Era tan mundano y hogareño. No habían marcas en su cuerpo que le impidieran sentarse sobre el sillón, si fuera con Eric, la situación probablemente fuera otra y Jesse no estaría acurrucado al costado de su novio, sinó enterrado entre los brazos de su esposo, porque con Eric Jesse tendía a pasar más tiempo sobre él que junto al pelilargo.
Maldición, Jesse necesitaba dejar de compararlos. Jesse estiró su cuello en dirección de Nick consiguiendo un beso flojo que el otro hombre no tardó en cortar, en realidad no habían tenido sexo en casa de Nina incluso si Jesse lo había insinuado un par de horas antes, a Nick no le parecía correcto, normalmente solo lo hacían en una comoda cama, Nick le hacía el amor, Jesse quería que se lo follara. De parado o en cualquier parte, a Jesse lo emocionaba el peligro de ser descubiertos, a Nick no. Nick era bueno, tan jodido y verdaderamente bueno. No como Eric que lucía como un hombre bueno con un aura de misterio que ahora Jesse sabía que significaba, Nick no tenía sombras. Nick era tan bueno que a veces Jesse quería abofetear su cara. Jesse no podía entenderse a si mismo, dios, que en serio se sentía fastidiado por el hombre incluso si era todo lo que él siempre creyó querer en un hombre.
—¿que crees que haga un asesino los 364 días del año que le quedan?—Se encontró Jesse preguntando con sus ojos en la pantalla, había un canal de cocina.
—¿qué?—Nick se volteó a verlo a la cara. Iba con su traje gris un poco arrugado por el desgaste del día. Nina se había retirado a dormir hacía una hora aproximadamente y solo quedaban ellos.
—si solo es asesino una vez al año, entonces le quedan 364 dias, que crees que hace?—Jesse se mordió el labio inferior al darse cuenta de que estaba repitiendo las palabras de Eric.
—Jesse...—Comenzó Nick viendolo con ojos preocupados como si de pronto el rubio hubiera perdido la cabeza.
—Tal vez solo planea su siguiente gran golpe.—Añadió Jesse bajando la vista.—Fue una pregunta estupida.
Jesse se preguntó en ese momento que estaría haciendo Eric, por lo que sabía era tan probable que estuviera rodeado de su familia como planificando un gran crimen. Eric era un tipo de muchas facetas, Jesse lo había visto en carne propia, pero aun así, Jesse no sabía determinar cual de ellas le pesaba más.
volvió la vista a los ojos grises de Nick que lo miraban con una mezcla de lástima y preocupación marcada. Jesse estiró su mano hasta la mejilla del hombre mayor y lo guió hasta su boca para un beso casto.
—Vamos a casa.—Pidió Jesse refiriéndose al departamento de Nick donde estaba quedándose últimamente.
Presente
Jesse observó una vez más la revista que tenía en sus manos, el sol picaba en su piel, demasiado blanca por el encierro, sus ojos verdes ocultos detrás de un par de lentes de sol incluso en el interior de la cafeteria, la barista lo había visto con desconfianza pero no había comentado al respecto.
Había pasado tiempo, mucho tiempo.
Deslizó su mano por su cabello en un gesto inconsciente, había recibido corte y tintura castaña por cortesía de Ha Neul, y lo habían vestido con ropa discreta antes de mandarlo al mundo real, jesse no podía recordar con claridad la última vez que había estado tan tranquilamente sentado en un maldito café esperando a alguién. Jesse volvió a releer el articulo que había encontrado, lo había leído unas 3 veces desde que llevaba allí sentado esperando.
Eric aparecía tras el enunciado de una cuantiosa donación de dinero para un hospital de Malawi. La foto era nueva, relativamente, podía decir que se había cortado el cabello, Jesse no sabía determinar por qué eso le molestaba. Jesus él era un hombre muerto para el mundo ¿a quién le importaba el corte de cabello de Eric?
Respuesta: a Jesse le importaba.
Jesse releyó una vez más el artículo en lo que su cita llegaba. Jesse observó a la mujer rubia tomar asiento frente a él y se tensó inconscientemente. Lucía tan hermosa como la recordaba, severa y pálida.
—¿Te envió ella?
Jesse asintió y doblando la revista la dejó caer a su lado en el asiento.
—Hay un nuevo problema.—Jesse esperó, la mujer intentó hacer contacto visual con él, incluso a través de los lentes de sol casi podía decir que era capaz de verlo. Jesse mantuvo el silencio no dispuesto a dejarse intimidar. La mujer observó a los lados antes de inclinarse hacia adelante para susurrar. —Elimina a Jones, mantén a mis hijos fuera de esto y tendrás acceso a Eric.
Antes de que Jesse tuviera que responder la mesera se acercó hasta ellos en busca de su pedido. La mujer albina se puso de pie, sus tacones resonaron en el linóleo, extendió su mano a Jesse. el rubio dudo antes de devolverle el apretón bajo los ojos atentos de la camarera entonces sintió una memoria deslizándose entre sus dedos.
—tienes mi contacto.—Jesse suponía que la información estaba en el pequeño dispositivo tecnológico que acababa de entregarle, solo asintió mientras la mujer se retiraba bajo la atenta mirada de la camarera nerviosa.
—¿va a ordenar?—consultó la jovencita. Jesse forzó una sonrisa que no logró tranquilizarla. En realidad Jesse sospechaba que la chica estaba asustada, así que para no actuar sospechoso anduvo hasta la caja y pidió para llevar de cualquier modo, Jesse tenía mucho que planear a partir de ahora.
bada tus... cap corto pero retomamos esta historia.
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El legado de Cain (Parte II)
Teen Fictioncontinuación de "el legado de Caín " advertencias: *contenido homosexual, bdsm, hematofilia, violencia, drogas, mafia, etc. etc...