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Eric terminó de despachar una carga para los chinos, directo a Shangai en un buque por la ruta de Roterdam. El regalo especial era la cabeza de Han Hyun-Soo escondida en una bolsa dentro del conteiner que se dirigiría por altamar hasta su destino. Xī Fèng iba a estar saltando de alegría cuando lo descubriera. Eric había hecho un par de traros con ellos, Los grandes asiáticos se encargaría de llevar la carga por tierra a Rusia, donde Vasil se encargaría del resto.

 Vásil era uno de los "primos" ahora que Lana tendría otros tres herederos del mestizo, no quedaba duda que el nuevo hombre a cargo era Eric, incluso con Fiodor como Pakan, el perro mestizo se había ganado el respeto de sus hombres luego de  los acontecimientos de los últimos meses. Paskov le había dado su apoyo en la Bratva, lo que había sido un golpe de suerte. Vamos, era el hombre más viejo de la hermandad. Con el viejo Vory de su parte tenía la mitad de los votos en todas las decisiones que se tomaran.

Eso le recordó que su esposa lo esperaba en casa. 

—Termina con esto.—Le dijo a Fiodor, el joven se había recuperado bastante bien luego del ataque de Ha Neul. Ahora lo tenía haciendo su papel de Pakhan.

 Miró su teléfono, tenía dos mensajes de Lana pidiéndole un McFlurry de Oreo.

 —Tengo que irme— dijo haciéndole un gesto a Oliver para que lo llevara.

En el coche se limpió las manos lo mejor que pudo de la sangre antes de ordenarle que pasaran por un Mcdonald para pedir desde el coche. 

Eric se preguntaba si los antojos de Lana tendrían algo que ver con la probabilidad de que uno de los bebés fuera de Jesse, vamos, no tenía una asidero científico que lo justificara, pero no podía ser casualidad que solo se le antojara comer oreos cuando esa era la galleta favorita de uno de los padres. Eric no podía convencerse a si mismo de que solo fuera casualidad. 

Con tres potes de helado encima volvieron a la casa, La mansión McGraw había sido reforzada en seguridad luego de que intentaron atacar a su esposa y sus herederos, poco después de la explosión, desde entonces el sitio se había transformado en un maldito fuerte lleno de seguridad constantemente. 

Dejó dos de los potes en el freezer antes de dirigirse al cuarto de su esposa. Había un hombre montando guardia en la puerta al que saludó a la ligera antes de entrar. La seguridad de los herederos era la principal prioridad.

En el cuarto,  la bruja albina estaba recostada de costado en la cama matrimonial observando su móvil con aburrimiento, su vientre prominente de 26 semanas era aterradoramente grande, vamos, no todos los días se veía un embarazo de trillizos. Eric apenas si dejaba que se moviera para evitar complicaciones. El parto estaba planificado para las 33 semanas, pronto sus bebés estarían en sus brazos.

 Por fin. 

Sus tres pequeñas estrellas. Taurus, Caleum e Hydra, sí, la eco había mostrado que serían dos niños y una niña, Eric había decidido llamarlos morbosamente como constelaciones.  Nadie iba a tocar a sus pequeños mientras viviera asi tuviera que acabar con cada hombre, mujer y niño del planeta para mantenerlos a salvo. 

Él era un maldito, pero nadie tocaba lo suyo, salvo él.

Eric destapó el pote tomando una cucharada primero, era una costumbre inconsciente que había desarrollado de comprobar todo lo que fuera a comer su esposa para asegurarse de que estuviera en buen estado. Lana rodó los ojos pero no dijo nada. Eric había resultado un esposo increíblemente atento a su embarazo, al límite de caer en la exageración. vamos, desde que habían pasado las 12 semanas la trataba como si fuera de cristal. Podría decirse que hasta habían aprendido a llevarse bien por primera vez en 13 años. 

El legado de Cain (Parte II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora