El legado de Cain (Parte II)

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hola mis amores, que tengan una buena semana, nuevo cap de esta historia que lo disfruten 

Pasado:

jesse había sido enviado a un trabajo tras otro desde el incidente al que habían bautizado como el "festín de las rosas" vamos, Eric se había esmerado en hacerlo teatral y alguien había decidido darle aún más crédito con el mote que se había filtrado a la prensa Ha Neul estaba furiosa. Su reputación entre los altos mandos estaba en juego.

Jesse en ese momento se preguntaba si el empeño en ponerlo en la línea de fuego era una venganza o si realmente intentaba deshacerse de él. Como fuera había salido indemne de la mayoría de sus trabajos.

no hoy.

Mierda, Jesse presionó su espalda contra el tejado que lo mantenía a cubierto. Su equipo había sido emboscado y volado. Jesse observó sus pies luchando por mantenerse firmes entre las inestables piezas del techo. Volvió a mirar hacia arriba donde lo esperaba un franco tirador, mismo que había abatido a tres de sus compañeros, abajo una buena caida y probablemente otros cuantos hombres para emboscar. sus 9 vidas parecían haberse terminado.

Jesse juró, y se aferró a su rifle de asalto. Entonces su móvil vibró en la pernera de sus pantalones. Joder, en serio, ese era el peor momento para recibir una llamada. ¿Ya qué? Se dijo, los únicos que tenían ese número eran sus superiores, Max y su madre. Sus superiores a cargo de la misión debían de estar muertos y los que no probablemente acurrucados con sus esposas mientras él se partía el culo. Jesse decidió contestar, si ese era su ultima oportunidad de despedirse de ellos, la tomaría, al carajo con la misión suicida. A tientas buscó su teléfono y se lo llevó al oido.

—Es Jesse.—Dijo apretando sus dientes intentando que la tensión en cada uno de sus músculos no se filtrara a su voz.

—Dejate caer.—Jesse se tensó al reconocer la voz de Eric.

—¿qué? ¿Cómo?

¿Cómo demonios había conseguido su número?

—Jesse, déjate caer ahora.—Eric sonaba alarmado al telefono.—Por favor mi ángel.

Jesse oyó más disparos y detonaciones, venían por él lo sabía.

—Jesse, no son mis hombres, es una trampa, por favor, tienes que confiar en mi para que pueda sacarte de ahí. por favor.—Mierda. Jesse volvió a ver sobre sus hombro como si intentara encontrar la respuesta en el cielo.—¡Jesse maldita sea!

Jesse oyó disparos del otro lado de la línea y luego se cortó. mierda. Antes de que pudiera seguir debatiéndose, sus pies lo traicionaron decidiendo por él y se dejó caer. Jesse cerró los ojos dejando que su trasero se arrastrara por el destartalado tejado. Sorprendentemente la caída no fue tan dolorosa como esperaba, su rifle aún estaba aferrado en su mano derecha, sus rodillas golpearon el suelo, cuando abrió sus ojos se encontró de cara con un par de ojos felinos.

—Hola mi estrella.— Jesse pestañeó sorprendido al darse cuenta de que tenía a Eric debajo de él. El pelilargo había amortiguado su caída de forma poco elegante.—¿Estás bien?

Jesse intentó hacer un rápido inventario de su cuerpo, sus rodillas dolían su hombro del lado donde llevaba el rifle también se sentía ligeramente adormecido por el dolor, había sido una mala caída.

—¿Puedes correr? necesitamos salir de aquí, Jess.—Lo apresuró Eric. Jesse asintió y se puso de pie estirando su mano en dirección a Eric para ayudarlo a incorporarse. El pelilargo ni siquiera lo dudó antes de tomarla y tirar de él guiándolo por el borde del edificio. Eric se aproximó al borde, su espalda contra el cemento usó la esquina para cubrirse. Jesse llevaba su rifle y notó que era la primera vez que veía a Eric empuñar un arma, de verdad. Eric parecía alerta. Observó a los lados.