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hello mis amores, ultimo cap del día que lo disfruten chan cha chan 

Presente

Jesse observó la pantalla, harto. No entendía por qué lo enviaron por Jones si no le permitían acercarse. Ha Neul hacía gala de su poder sujetándolo de su correa invisible. Se sentía como un perro al que le hubieran puesto la presa en frente pero no le permitieran salir a correr detrás de ella. El porqué Ha Neul hacía lo que hacía, Jesse lo desconocía. ¿Por qué hacía tratos con Svetlana Voronin? ¿qué ganaba ayudando a la mujer rusa? ¿Y que ganaba la exesposa de Eric eliminando a Jed Jones? ¿Por qué ahora después de tantos años el sujeto comenzaba a molestarla? Jesse se lo había preguntado. no se suponía que él preguntara y no había tratado lo suficiente con ella para deducirlo por su cuenta, pero ver a Eric y a Jed jugando a la casita era casi incluso peor que seguir encerrado, revolcándose en sus propios desechos, a veces casi deseaba regresar al agujero antes que seguir viendo como su esposo y su nuevo amante consolidaban su relación.

Jesse tuvo que soportar ver día tras día, la manera en la que Jones observaba a su esposo, había visto cómo su mirada pasaba de una incómoda desconfianza a algo más cálido, algo que había visto muchas veces antes en el espejo. él tipo se estaba enamorando de su esposo y de sus hijos, de hecho la gota que rebasó el vaso llegó una tarde en la que Jesse los siguió, había conseguido acercarse lo suficiente a sus hijos para captar un par de imágenes de ellos a lo lejos, pero nunca a menos de un par de metros. Nunca tanto como ese día en el que se arriesgó lo suficiente para quedarse tan cerca del pequeño grupo, estaban en la playa y lucían mucho como una jodida puesta familiar, Eric y el intruso sentados en una mata con una cesta de picnic, en medio, Eric tenía a la niña en su regazo alimentándola con pequeños trocitos de sándwich. Los gemelos estaban jugando en en la arena y Jones estaba sentado en la otra esquina de la manta controlándolos. Las piernas de ambos hombres adultos se tocaban ligeramente pero estaban cada uno en lo suyo, lo suficientemente lejos para que Jesse pudiera soportarlo sin saltar sobre ellos. El problema llegó cuando uno de los gemelos se volteó a ver a Jones, Jesse no había podido estar lo suficientemente cerca de ellos para distinguirlos, pero en el tiempo que llevaba vigilándolos había descubierto que ambos tenía un gran apego por Jed, lo buscaba todo el maldito tiempo y en ese momento el niño abrió y cerró sus diminutas manitos en dirección del rubio llamándolo.

—Da. —Hizo mantias una segunda vez forzando su balbuceo, era una criatura preciosa, y el rubio que ahora tenía toda la atención en el pequeño debía pensar lo mismo que Jesse porque en ese momento lo observaba con puro cariño en su rostro. Jesse había aprendido a soportar eso, a guardar la envidia en el fondo de su cabeza cuando Jones se acercaba y tomaba a sus hijos en brazos, cuando limpiaba sus caritas de saliva y olía sus cabellos, Jesse había aprendido a soportarlo. lo que no pudo soportar fue el momento en el que niño pronunció sus primeras palabras.—Pa—apa. papá.

Eric se detuvo y se giró a ver al pequeño con la emoción pintando su rostro como si esperara que le hablara a él, pero no, los pequeños ojos verde miel del niño estaban fijos en Jed Jones, su expresión cambió en seco al darse cuenta de lo que ocurría, sus ojos yendo de Jed al niño con la expresión en blanco, si estaba molesto o no, Jesse no podía decirlo. Había puesto una mascara completamente inexpresiva en su rostro. En cuanto a Jones, lucía terriblemente culpable en ese momento aunque por debajo podía verse un atisbo de emoción.

—Papá.—Volvió a repetir y esta vez su gemelo se unió haciéndole el coro con más claridad, ahora eran dos pares de manitos estirándose hacía Jed.

Eric por fin habló con un tono completamente neutro cuando dijo:

—Llevo semanas intentando que me digan papá.

El legado de Cain (Parte II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora