Extra 1

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Hola mis amores he pasado mucho tiempo pensando en hacer esto, pero en fin, les dejo un poco de Chernobyl, primer extra de esta historia un poco de +18

Jesse observó al hombre en la silla, había cortes en toda la piel que se podían entre ver entre el uniforme de policía destruido. uno de sus dedos descansaba a un metro del sitio donde había sido torturado, había mucha sangre, litros y litros de sangre espesa que subía por sus tobillos como una marea roja. Sintió nauseas y ese sentimiento vacío en el centro de su estómago.

Parpadeó y dió otro paso, el olor repugnante de la muerte inundando sus fosas nasales. Había algo familiar en el hombre muerto. Le recordaba demasiado a alguien de su pasado.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca reconoció el cabello rubio, los rizos, el cuerpo con músculo torneado.

-papá? -su voz se quebró un momento. La sangre escurriendo del cuello comenzó a brotar en ese momento como una confirmación.-¡Papá!

Jesse gritó en intento correr hasta el hombre, pero sus piernas se sentían demasiado pesadas, la sangre en sus pies volviendose concreto. Jesse no se rindió, empujó a través de ella forzando sus músculos con dolor hasta que lo consiguió.

-papá-lo llamó entre lágrimas intentando parar la hemorragia del hombre que ya sabía estaba muerto, alzó su rostro aún llorando y las lágrimas se secaron al reconocerlo. No era su padre. No lo era.

Era Jesse Roger. Era él. Jesse gritó de horror.

-jesse-alguien lo sacudió y Jesse intentó defenderse. -jesse, mi ángel.

Jesse pestañeó, algo muy en el fondo incluso entre la bruma de la pesadilla podía reconocer esa voz. -kotenok, soy yo, estoy aquí mi estrella. Estás en casa. Todo está bien ahora. Estás a salvo.

Eric, es Eric gritó la voz en el fondo de su mente como si por un momento lo hubiera olvidado.

-Eric-dijo por fin recuperando la voz sus uñas se clavaron en los antebrazos del hombre que se alzaba sobre él con un rostro somnoliento y preocupado. Lo había despertado en mitad de la noche, no era con mucho la primera vez. Se hubiera sentido culpable si el temblor de su cuerpo le hubiera permitido pensar en otra cosa que no fuera el terror.

-es una pesadilla mi ángel, es una pesadilla no es real.-le dijo Eric hundiendo su nariz en el cuello de Jesse y acariciando su pulso. Jesse se abrazó a Eric con brazos y piernas aferrándose a él como si su vida dependiera de ello.

-lo mataste.-no había acusación solo una declaración de hechos. Sus dedos se apretaron con más fuerza a la espalda de su esposo. Ambos desnudos, piel con piel, corazones latiendo juntos, como debía ser, como estaba destinado a ser. No importaba lo que le dijera su cabeza. Era aquí donde pertenecía. Ambos hicieron cosas malas, ambos eran malos. Uno para el otro en sus infiernos personales.

-jesse-dijo Eric con mortificación, no necesitaba preguntar a quien. Hubo un tenso silencio en el que ninguno dijo nada.

-Eric. Lastimame.

-jesse-advirtió Eric no creía que fuera el mejor momento, Jesse se veía demasiado crudo en ese momento para exponerlo aún más.

-por favor. Lo nececito, haz que duela. Quítalo de mi.-la voz de Jesse se quebró empujando sus caderas contra Eric, se sentía demasiado crudo, demasiado desorientado, necesitaba a Eric.

Necesitaba el dolor para saber que aún estaba vivo. Aún respiraba, estaba maldito pero estaba aquí. Amaba al diablo y estaba condenado a su purgatorio personal, pero ahí estaba, había oído alguna vez que en el infierno también había cielo. Lo nececitaba, necesitaba a su esposo.-Eric-Jadeó.

El legado de Cain (Parte II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora