Privado
Ha comenzado a amanecer, poco se nota, pero sé que el día está por comenzar. Es ahora en donde me pregunto, ¿Donde diablos están mis hombres buscándome porque un psicópata me secuestró?
Deben ser al menos las seis de la mañana, puedo escuchar el ruido del bosque despertando, y los pasos que caminan detrás de mí. Medio me volteo, y lo veo con la mirada perdida, y los puños apretados a cada uno de sus costados.
Desde que lo mandé a la mierda, literalmente, no ha hablado, ni opinado ni dicho nada, simplemente ha caminado todo el rato detrás de mí. Tengo mucho frío, y comienzo a querer usar el saco que tanto rechacé, pero mi orgullo me repite una y otra vez, que al enemigo ni agua.
Llegamos a la carretera, y no veo ningún tipo de autos por aquí, las ardillas cruzan la carretera como si fuera su terreno, y ni una luz se ve a lo lejos. Quisiera que ahora mismo, al menos una paloma mensajera apareciera, para pedir que me vengan a buscar.
Tengo entendido que hoy hay una carrera, un gran socio viene a competir, y necesitan al corredor estrella, o sea, Caín. Quiero regresar a mi apartamento, a ver cómo está Bianca, a ducharme, cambiarme y tomar un chocolate caliente, mientras me abrigo con sesenta cobijas ovejeras.
De pronto veo un auto, que viene a lo lejos, y me pongo en medio de la carretera, alzando los brazos y moviéndolos, intentando llamar a quién sea que venga. Detrás vienen otros tres autos más, y frunzo el ceño, cuando bajan la velocidad, parándose a un lado de la carretera.
Muchos hombres armados se bajan, con pasamontañas y vestimentas negras. Me miran a mi, y luego a Caín, al cual le apuntan con la pistola. Y no puedo creer el gran alivio que siento, cuando veo al pelinegro trajeado, que se baja de una de las camionetas.
-Necesito que me expliques qué haces en un lugar a mitad de la nada, en ropa interior, con unos tacones llenos de sangre, y con éste imbécil -dice, señalando a Caín.
-¿Cómo me encontraron? -pregunto, ignorando todo lo que él me preguntó.
-Rastreamos el deportivo de él -dice- está a unos treinta kilómetros más lejos de aquí, supongo que caminaron toda la noche.
-Emm... Drake, ¿Puedes darme algo para cubrirme? Tengo mucho frío -digo.
Y dicho eso, el pelinegro se quita el saco, y me lo tiende. Lo recibo gustosa, y me lo pongo, mientras el olor a colonia masculina se impregna en mi. Miro a Caín, el cuál tiene la ira reflejada en sus ojos.
-Vamos, hay que regresar a la ciudad -dice Drake, y camino a su lado, subiéndome a uno de los autos.
Caín se sube a uno diferente, y éstos arrancan, dando la vuelta, y regresando por la carretera. Pronto voy entrando en calor, ya que todas las ventanas están cerradas, y el aire acondicionado está apagado. Mientras algunos se están muriendo de calor, yo agradezco que haya un poco del mismo.
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ATRAPADA~TMD: 2
DiversosLa bomba que guardaba uno de los secretos más oscuros de Celeste, al fin estalló, formando caos y salpicando a todo inocente o culpable. El tiempo se acabó, al igual que las reservas y la compasión. Caín lucha por olvidar a la mujer que lo desestabi...