La bomba que guardaba uno de los secretos más oscuros de Celeste, al fin estalló, formando caos y salpicando a todo inocente o culpable. El tiempo se acabó, al igual que las reservas y la compasión.
Caín lucha por olvidar a la mujer que lo desestabi...
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Poder
Me quedo en silencio, mirándolo sin entender un carajo, ¿el acaba de...? No, no puedo creer ésto, definitivamente toda la gente que me rodea está loca. No me creo lo que acaba de decir, eso es una completa locura.
¿Su mujer? ¿Qué demonios está pensando. El se queda en silencio, esperando mi respuesta. Pero por mi cabeza sólo pasan insultos, y de los peores.
—¿Qué dijiste? —pregunto.
—Lo que oíste, te propongo el trato de sacarte de aquí, por la puerta grande, a cambio de que te conviertas en mi mujer.
Y es que sigo creyendo que no estoy escuchando bien lo que dice, ¿Yo? ¿Mujer de Nicholas? Definitivamente la idea no me gusta para nada.
—Te lo voy a explicar para que me entiendas, escúchame bien en lo que te voy a decir —lo miro atentamente, sacando todos los pensamientos estorbos de mi cabeza— Tengo contactos en todos lados, soy el jefe del departamento de antinarcoticos, y dentro de poco, hay unas elecciones para saber si voy a ascender, no te necesito para eso, te necesito para tener una buena imagen, ante todo el mundo.
«Tu amiga no es una buena imagen, Atria Anderson es demasiado añiñada, no tiene un porte imponente como el que tienes tú. Te necesito porque quiero que hagamos una sociedad en partes iguales, con respecto al tráfico, y pues, porque me apetece tener una compañera para todas las galas y fiestas a las que tenga que asistir. Sacando todas mis razones en especial, te quiero conmigo simplemente porque me gustas»
Analizo todo lo que dice, cada palabra, y básicamente lo que me quiere decir, es que quiere una mujer adorno a su lado, para presumirla y hacerse el macho, porque definitivamente no me necesita para ascender de puesto, eso no tiene nada que ver conmigo.
—El trato es así, yo te saco de la cárcel, declarándote inocente en el último juicio, sales libre, y mágicamente todos tus expedientes desaparecen para siempre —continua su explicación— a cambio, cada quién se va a vivir a su casa por separado, te presentaré como mi novia, tendrás los privilegios que te mereces, por ser mi pareja obviamente, me acompañas a cada evento que yo crea que es oportuno, tu haces tus negocios de drogas aparte, me sigues distribuyendo pero a un precio más bajo, y dependiendo de cómo vayan las cosas, o te vuelves mi esposa, o te separas de mi.
—¿Qué beneficios además de el de salir obtengo?
—La policía no te va a molestar, vas a ser respetada porque eres la novia de uno de los policías más importantes, podrás terminar tu carrera a distancia si así lo quieres, y por sobre todo, tu hermana tendrá protección.
—Yo puedo brindarle protección —me defiendo.
—Si, pero esa no es la mejor parte —se acerca a mi, y se inclina un pico para hablarme al oído— puedo ayudarte a vengar la muerte de tu amiga —susurra, y se separa de mi— el juicio está comprado, ya vi las evidencias, las cámaras que estaban frente a la casa de tu amiga ese día, tienen una grabación repetida, que te muestra entrando, pero jamás saliendo. En cambio muestra a tus amigos entrando.
