La bomba que guardaba uno de los secretos más oscuros de Celeste, al fin estalló, formando caos y salpicando a todo inocente o culpable. El tiempo se acabó, al igual que las reservas y la compasión.
Caín lucha por olvidar a la mujer que lo desestabi...
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Cuenta regresiva
—¡Te estoy diciendo que hables, me importa una mierda que seas el sobrino o el puto hijo de Robert, aquí quien manda soy yo! —golpeo con la punta de mi bota sus testículos, y el grito de dolor retumba en toda la sala— ¡¿Quien crees que te esta hablando maldito imbécil!?
Escupe sangre junto con un diente que cae al suelo. Estoy al borde de un colapso nervioso, la rabia que emerge de mi me esta consumiendo, mi cuerpo tiembla preso de la ira, y respiro hondo tratando de que el aire vuelva a mi.
Caín golpea a Israel sin descanso, este ya casi no puede moverse, solo se escuchan sus quejidos de dolor. El piso esta lleno de sangre, y su cara esta tan hinchada que ya casi no se le ven los ojos.
Han pasado al rededor de 4 horas, pero Israel no ha pronunciado ni siquiera un "hola", me estoy hartando de esto, y ya estoy llegando al limite, donde lo que quiero es apuñalar su cuerpo una y otra vez.
—Basta Cain —lo detengo, y este me mira.
—Hay que matar a este maldito Celeste —me responde, aun mas furioso que yo.
—No hasta que me diga todo lo que quiero saber —le respondo, y miro a Israel— Me vas a decir ahora mismo, para quien trabajas, desde cuando, y que es lo que quieren. O te aseguro que te esperan meses de tortura, hasta tu muerte.
—Entonces... Estaré feliz de aguantar todos esos meses —responde entre jadeos— solo diré, que te mereces todo lo que esta a punto de pasarte.
Pateo la boca de su estomago con toda mi fuerza, y le levanto la cara para que me mire directamente a los ojos.
—Concedido tu deseo, a partir de hoy, tienes dos meses para decirme todo lo que ha estado sucediendo —le digo, y le muestro una sonrisa— entonces, no quisiera aplicar los castigos medievales que tanto he querido usar, pero nadie ha sido digno de ellos.
Suelto su rostro, alejandome, mientras que me pongo la chaqueta.
—Entre mas días pasen, mas dolorosos serán tus castigos, puedes hablar, y morir de forma menos dolorosa —aplico un labial rojo en mis labios— ¡Pero te aseguro que si no me dices ni una puta palabra, morirás de la peor manera que se haya muerto!
Salgo del lugar, escuchando los pasos de Caín, quien me sigue junto con Drake. Los pensamientos revolotean por mi cabeza, no puedo dejar de pensar como tuve a dos traidores tan cerca de mi, lo que mas me afectan, es que tienen intensión de Dañar a Bianca, y eso es algo que yo no pienso permitir, y si me matan reviviría para salvarla de nuevo.
Llegamos a la planta alta de la mansión, entrando al salón donde esta Albert junto a otros hombres mas de mi entera confianza.
—¿En que momento permitimos que esta gente nos invadiera? —pregunta Albert, con seriedad.
