CAPITULO 53

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ADN

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ADN

3 semanas atrás

horas después del secuestro.

Abro los ojos lentamente, sintiendo todo mi cuerpo pesado. Veo que estoy en una especie de calabozo o sótano. Miro a los costados de las paredes, a mujeres encadenadas de muñecas y tobillos.

Algunas lloran, otras forcejean con las cadenas, y unas simplemente se mantienen quietas en sus lugares con la mirada perdida.

Intento levantarme, y es entonces que me doy cuenta de que yo también estoy encadenada. Miro mis tobillos, luego mi torso el cual está rodeado por un grillete, intento mover las manos, y es entonces que veo que están cubiertas por una especie de caparazón de metal que ni siquiera me deja ver mis dedos.

Trago saliva, y siento la molestia en mi cuello, lo que me confirma que también tengo un grillete en mi cuello. Me levanto, escuchando el tintineo de las cadenas cuando se arrastran por el suelo. 

Camino hasta donde las cadenas me lo permiten, forcejeo tirando de ellas hasta que los tobillos y las muñecas me sangran. aprieto los dientes mirando al piso. Un hedor realmente asqueroso me da ganas de vomitar.

Vuelvo a enfocar la vista, viendo que éstas mujeres están viviendo sobre sus propias defecaciones. Vomito sin poder aguantar el asco que me produce esto.

—¡¿Quienes son los malditos que me tienen aqui?! —pregunto— ¡Dame la cara maldito infeliz!

No obtengo respuesta, por lo que me siento de nuevo en el suelo, alejada del vomito, y mirando a una de las chicas que está a mi lado derecho. Es rubia de ojos azules, me recuerda mucho a April.

—¿Cuánto tiempo tienes aquí? —le pregunto.

—No lo sé, calculo que más de un mes —me responde agachando la cabeza.

—¿Cómo te llamas?

—Olivia — me responde, en un sollozo.

No entiendo porqué llora de pronto, hasta que levanto la mirada y veo a los hombres que caminan hacia dónde estoy.

—¿Qué tal el lugar? —me pregunta el moreno, con un tono burlón— una mansión digna de una reina.

—¿Me encadenas por miedo a que pueda romperte el cuello? —le pregunto, en su mismo tono.

—No, te encadeno porque así es que se trata a las perras cómo tú —me responde, y noto su molestia.

—Tengo muchas fosas comunes ¿Sabes? Pero ahora mismo, estoy deseando comprarme unos cocodrilos y alimentarlos contigo.

—¿No te enseñaron modales?

Veo como uno de los hombres se acerca a mi, dándome una patada en el estómago, y otra en mi pierna.

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⏰ Última actualización: Jan 22, 2023 ⏰

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