CAPÍTULO 32

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Post-orgasmo y fantasías

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Post-orgasmo y fantasías

¡Dios mío! Aunque no creo en tal ser, ahora mismo me parece que debería hacerlo. Las piernas me tiemblan de una forma exagerada, y mi cuerpo huele a loción masculina y sexo. Siento el sudor corriendo por mi cuerpo, a pesar del frío que está haciendo. Siento que mi zona más íntima aún palpita, y el post-orgasmo me está afectando.

Más de un mes, sin follar con un hombre, y el hacerlo con el que más cosas me provoca, no me deja pensar con claridad. Mis pensamientos están dispersos, y mis hormonas están totalmente muertas, al menos por ahora.

Corro por los pasillos de aereopuerto, buscando el lugar donde se supone que me están esperando. Luego de salir de las bóvedas, me fui a cambiar por la ropa cómoda y unos tenis. Sigo corriendo, empujando el carrito donde va mi equipaje, y me bajo los lentes, evitando que me vean a los ojos como los tengo.

Entro a uno de los baños, acomodo mi cabello soltandolo, me echo agua fría en el rostro, y saco uno de mis perfumes rociando todo mi cuerpo, no se pueden dar cuenta de lo que estaba haciendo hace unos minutos, que sí ha pasado media hora es mucho.

Salgo, y vuelvo a mirar el reloj en mi mano, son las diez de la noche, y el vuelo sale a las 10:30 PM. Al fin consigo la sala de espera, y diviso a las dos figuras masculinas que están de espaldas, esperándome supongo.

—¡Ya llegué! —grito, y ambos se dan la vuelta. Algunas personas del aereopuerto se me quedan viendo, y otras simplemente me ignoran.

—¿Dónde estabas? —pregunta Giacomo.

—Resolviendo unos asuntos —respondo.

—Dame las maletas, hay que pasarlas para que las guarden en el equipaje del jet —habla Drake.

—Usaremos un jet privado, así que podemos salir a la hora que queramos —me dice Giacomo— pero la idea es estar llegando a Moscú de 7 a 8 de la mañana.

—Bien, ya estoy aquí —digo, ya con la respiración calmada.

—Entonces vamos.

Comenzamos a caminar los tres, por los diferentes pasillos del aereopuerto, hago que chequeen mis documentos falsos, al igual que los de Drake y Giacomo. Con todo el orden, seguimos caminando y llegamos a la pista de despegue de los aviones y jets.

Veo el que nos pertenece, y es sencillamente hermoso, de un color blanco y pulcro, las ventanas están poralizadas, por lo que no se ve nada dentro de ellas, y veo la C enorme que está a un costado, en un material dorado, casi parece oro.

—Éste es tu regalo de cumpleaños —me indica el ruso— te lo estoy dando por adelantado.

La sonrisa en mi rostro crece, y salto de alegría. Obviamente nosotros tenemos Jets, pero son de negocios, y éste es sólo para mí, personal, para mí uso exclusivo.

ATRAPADA~TMD: 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora