CAPÍTULO 45

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Traicioneros

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Traicioneros

Maldigo para mí misma, intentando pensar en una solución para esto. A veces me pregunto cómo puedo tener tantos inútiles trabajando para mí, no saben hacer su puto trabajo bien, y por esas malditas razones, es que Adrién está desaparecido, y no estuviera tan preocupada, si no sospechara que es Shelly quién quiere hacerme más daño, y que está suelta y con sed de venganza, por la muerte de su hijo.

Veo a Caín subir las escaleras, y lo ignoro, parandome firme, frente a todos los escoltas que tengo en frente. Respiro hondo, para poder hablar, y no tener que gritar como acabo de hacerlo.

—Encuentren a Adrién Smith, lo quiero vivo, no importa cuántas personas deban sobornar, extorsionar o matar, lo quiero vivo, o todos estarán muertos —amenazo, señalandolos con la pistola— ¡Largo!

Froto mi cabeza con mis manos, cerrando mis ojos. La frustración es un sentimiento que no sentía desde hace bastante. Sólo tengo una semana de haber regresado, y ya está volviendo a ser parte de mi, al igual que la ira.

Camino de un lado a otro, pensando en dónde puede estar, quién puede tener a Adrién, quién pudo hacer ésto y para qué, si él ni siquiera está dentro de éste mundo tan peligroso y maldito.

—Veo que después de todo, el luto fue en vano, sigues viva, y más que nunca —dicen a mi espalda, y me doy la vuelta, reconociendo la voz y el acento ruso.

Un rubio alto me mira atentamente, con una sonrisa, y escoltas detrás de él. Yo lo miro de lado, sin sonreír ni un carajo. No me agrada verlo aquí, menos ahora que Caín y yo hemos evitado discutir, no cuando estoy estresada por el secuestro de Adrién. Definitivamente, escogió un muy mal momento para aparecer.

—Hola Giacomo, si, sigo viva —respondo de forma cortante, sin prestarle mucha atención a su alegría por verme.

—¿Por qué tan seria? ¿No te alegra verme? —pregunta, caminando hacia mi hasta tomarme de la cintura— ¿No me vas a saludar?

Intenta besarme, pero aparto el rostro, mirando hacia las escaleras, por si está Caín ahí. No quiero peleas ni problemas. Giacomo me pega más a él, y aprieta mi cintura con fuerza, haciendo que lo mire a los ojos.

—Estoy ocupada ahora mismo, así que, si me disculpas... —intento soltarme, pero él me aprieta aún más, impidiendo que me vaya por las buenas.

—Saludame, y después te vas. Pasé cuatro meses pensando que estabas muerta, al menos me lo merezco —vuelve a decir.

Intenta besarme, y de nuevo aparto mi rostro, pero ésta vez me toma con fuerza de la barbilla, y une mis labios con los suyos a la fuerza, y comienza a moverlos con una agresividad desmedida. Me aprieta más a él, he intento apartarlo de mi lado.

De pronto escucho un ruido, lo que parecen ser aplausos, y Giacomo me suelta, para ambos mirar a las escaleras, y ver al castaño de ojos grises que baja, aplaudiendo mientras muestra una expresión para nada feliz.

ATRAPADA~TMD: 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora