La bomba que guardaba uno de los secretos más oscuros de Celeste, al fin estalló, formando caos y salpicando a todo inocente o culpable. El tiempo se acabó, al igual que las reservas y la compasión.
Caín lucha por olvidar a la mujer que lo desestabi...
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Imparable
La pelota golpea contra la pared, es tan pequeña que podría perderse. La tomo entre mis manos y vuelvo a lanzarla, una vez tras otra, jugando o entreteniendome, mejor dicho, porque éste aburrimiento que siento ahora mismo, no se compara con ninguno.
Lanzo la pelota con demasiada fuerza, y está rebota en ambas paredes, hasta que termina golpeando a la chica, que duerme en la parte de abajo de la litera. Muerdo mi labio y me hago la dormida.
—Muñeca deja dormir a los demás, tu insomnio no es mi maldito problema —se queja la chica.
—Fue sólo un accidente Lara, no es para tanto —responde la chica de la otra litera.
—Tu calla Lucy, es la segunda vez que me pega con esa puta pelota —responde ella.
—Pasas el día y la noche durmiendo, eres una maldita vaga, así que deja de quejarte por estupideces como ésta —le digo, y ella sólo refunfuña y guarda silencio.
Me bajo de un salto, y meto la mitad de mi cuerpo debajo de la cama de Lara, sacando la pelota. Me levanto, y tanto Lucy como Fernanda me están mirando. Deben ser al menos las dos de la mañana, y yo no he podido dormir en toda la noche, y mi única compañía ha sido la pequeña pelota azul que me trajo Ariana hace unos días.
En mi celda son tres chicas, cuatro conmigo. Lara es la que duerme debajo de mi cama, es la más amargada y debe tener al menos 19 años, Lucy tiene 17, está detenida por robo en una joyería, y es demasiado inocente, la última es Fernanda, ella tiene 18 y está presa, por haber estafado a un hombre de mucho dinero, es la más callada de todas.
Y Lara, es la chica a la que golpeé hace cinco años, después de verme palideció, y no salía de su asombro, aquí nadie sabe aún, los motivos de volver a estar detenida, y mi objetivo es que no lo sepan. He podido pedir miles de cosas, que me pongan en celda aparte, con prioridades y demás, pero es mejor no levantar ninguna sospecha.
En la tarde vienen Drake y Ariana, la visita del primero está programada para las 2 de la tarde, y la de la segunda para las 3, ella, Atria y Adrién me vienen a visitar a cada nada. Desde que me encarcelaron, he tratado de evitar pensar en todo lo que ha pasado, en April y en su muerte, pero es a éstas horas, en las que me afecta mucho más.
De los Pattersón no se nada, y la verdad, es que no me interesa, mucho menos luego de todo lo que dijo, he hizo Caín. El se buscó mis respuestas, no me quiso escuchar cuando quería decirle toda la verdad, pero eso no volverá a suceder, simplemente porque no nos volveremos a encontrar, mi vida no puede ser tan patética, como para enfrentarme a eso también.
—¿Por qué siempre, te la pasas despierta todas las noches? —pregunta Lucy— es muy poco lo que duermes, y cuando lo haces, siempre te quejas o tienes pesadillas.
—Dejame en paz, ese no es tú asunto.
Me da una última mirada, para luego voltearse y volverse a acomodar para dormir. Ya todo el mundo debe estar más que dormido, y yo sin poder si quiera cerrar los ojos. Siempre he sufrido de insomnio, pero creo que era más llevadero cuando estaba en el apartamento, al menos tenía más cosas que hacer.