CAPÍTULO 3

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Lista de víctimas

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Lista de víctimas

Ésta maldita gente ¿creen que somos animales o qué? O sea, tengo claro que también somos animales pero, yo me refiero al otro concepto. En fin, cada día mi lista de muertos crece más, todos están firmando su sentencia de muerte.

Una de las oficiales, fornida y mucho más alta que yo, me empuja a lo largo de pasillo, la desgraciada me puso las esposas, pero éstas casi me cortan la circulación de las muñecas. Otras dos oficiales van delante, y dos más atrás, en total son 5, solamente para sacarme de la correccional.

No voy a negar, que me siento poderosa al saber que me tienen, como una de las más peligrosas gracias a mis antecedentes pasados, lo que quiere decir que existe un cierto grado de temor hacia mi, y estoy completamente segura, de que si supieran que manejo el cartel del norte, no estaría aquí, si no en una cárcel de máxima seguridad en una celda aparte.

¿Existe algo mejor que el ser respetada? Si, y es el ser temida, que me tengan miedo, es mucho más placentero que el que me tengan respeto ¿Por qué? Simple, el respeto se gana, el miedo se impone y se infunde en las personas. Y es algo mucho más poderoso que cualquier cosa, la gente vive y muere, gracias al miedo.

—Camina inútil, no tengo todo el día —me dice la mujer, que me esposó.

—Jodete, nadie te obliga a trabajar aquí —le respondo, y las dos oficiales que van delante, abren sus bocas asombradas.

—Habla todo lo que quieras, al final la detenida eres tú, y no yo —responde con un tono burlón.

—Te aseguro, que no estaré aquí por mucho.

Cruzamos las puertas, y de inmediato un flash me enceguese, freno mis pasos al igual que todas las oficiales que me acompañan, y aclaro mi vista, para ver que la salida de la correccional, está rodeada de periodista, y muchas cámaras.

—¡Están prohibidas las fotografías o entrevistas hacia la menor! —grita la mujer, que me tiene agarrada de la chaqueta.

—Al ser emancipada, no cuenta como una menor —dice uno de los periodistas.

—¡Largo todos, ésto no es un show de televisión! —impone, y todas vuelven a caminar, mientras me empuja.

Los periodistas se nos vienen encima, y las oficiales hacen lo que pueden para alejarlos de mi, mientras más de ellas se unen para evitar que se me acerquen.

—¿Usted mató a April Foster?

—¿Hace cuanto tiempo se conocían?

—¿Por qué la asesinó?

—¿Cree usted que pueda ganar el juicio, siendo declarada como inocente?

—¿Qué dicen los familiares de la víctima al respecto?

ATRAPADA~TMD: 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora