CAPÍTULO 35

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Te mostraré lo fuerte que soy

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Te mostraré lo fuerte que soy

España.

Abro los ojos, tratando de aclarar mi vista, y ver qué es lo que está pasando. A mi al rededor todo es negro, a excepción de las llamas que desprende, lo que antes era mi jet de lujo.

Estoy desorientada, lo único que sé, es que el jet impactó con la montaña, y luego perdí la conciencia por completo. Hasta ahora, que me despierto, y me veo a unos veinte metros de las ruinas. Es de madrugada aún, o no sé si ya llevo un día aquí, y a oscurecido nuevamente. Aunque algo me dice, que no ha pasado mucho tiempo.

Apoyo mis codos sobre el pasto húmedo del suelo, para intentar arrastrarme, pero cuando me impulso hacia adelante, siento una corriente de dolor muy intensa, en mi pierna izquierda. Suelto un grito, y me giro un poco hacia un lado, para observar mis piernas.

Un tubo de metal, está enterrado en mi pierna, manteniéndola fija en el suelo. Otra corriente de dolor me toma, y vuelvo a gritar, apretando mis puños con fuerza. La posición boca abajo no me deja moverme, ni siquiera puedo hacer el intento, de sacarme el tubo.

Miro de nuevo lo que queda del Jet, y noto que el fuego se aviva, puedo escuchar los cristales romperse, y el ruido es aterrador. Miro un poco más adelante, y está la azafata, o lo que queda de ella, ya que su cuerpo se está incendiando, y se gira hacia mi. La piel de todo su rostro está quemada, de un color entre negro, rojo y morado.

Me aguanto las ganas de vomitar. Ella levanta su brazo, como tratando de llamar mi atención.

—A...yu...da —dice, y su brazo cae.

Siento la humedad en mi cabeza, y paso la mano por mi frente, descubriendo que estoy bañada en sangre. Supongo que el shock que estoy viviendo ahora mismo, no me deja saber la gravedad de mi estado.

Siento una punzada en mi pecho, y seguido de eso un dolor mucho más intenso. Bajo la mirada, y me encuentro con un pedazo de cristal, enterrado en mi piel. Respiro con fuerza, intentando no concentrarme en el dolor de mi pierna, el de mi frente y seguido de eso, el cristal en mi pecho que siento que me corta cada vez más.

Todo al mi al rededor son montañas, pasto y ganado. ¡Maldita seas Shelly! Ésta perra definitivamente no tiene nada mejor que hacer, que vivir jodiendome la vida. Me quedo quieta, intentando no hacer ningún movimiento, que me haga sentir más dolor en la pierna.

Me siento demasiado débil, me arde la piel, me duele mucho la cabeza, y siento que en cualquier momento volveré a perder la conciencia. Me quedo inmóvil, mirando a mi lado derecho, que es donde está el ganado. Haga lo que haga, no puedo sacarme ese tubo de la pierna yo sola. Así que sólo me voy a resignar a esperar que alguien venga.

Por lo que estoy viendo, ésta es una zona de campo, ganadera, y si espero un poco, quizás alguien venga, un campesino tal vez, y me salve, o al menos me ayude. Los malditos en New York no respondieron nunca, y creo que ni siquiera saben en la situación que estoy.

ATRAPADA~TMD: 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora