La Tregua [Harco]

Epílogo.

Ciertas personas opinaban (con cierta razón) que James era una copia de Harry. El niño en ocasiones era distraído como su padre y tenía una gran tendencia a los accidentes. Después de que casi lo aplastara una lámpara, por culpa de su primer accidente mágico, Draco creyó que sería suficiente.

No fue así.

Enseñar a James a montar una escoba con sus recién descubiertos poderes fue una tarea que inconscientemente se le fue dada a Teddy. Claro que el chico de quince años no tenía idea de cómo realizar un encantamiento que detuviera las caídas de James y pronto el niño tuvo su primera caída.

Un brazo roto y el labio partido fue lo que consiguió. Sin embargo, después de tomar la poción crece-huesos James estaba listo para volver a intentarlo, ahora con Draco supervisando el partido.

También habia heredado la tozudez de Harry.

Pese a todos esos parecidos innegables, cualquiera podía ver que el gesto de James cuando pensaba era idéntico al de Draco, su cabecita funcionando a toda máquina para lograr convencer a alguno de sus padres o Teddy de que complacieran sus deseos, fueran lo que fueran. Pequeña serpiente lo llamaba Harry, divertido, mientras Draco susurraba algo sobre próximo Slytherin y tanto Harry como Teddy saltaban a defender sus propias casas.

También, habia heredado la decisión de Draco cuando quería conseguir algo. Pese a que su padre solía, cuando tenía su edad, manipular a las personas para conseguir lo que quería, James era mucho más directo y siempre sabía lo que quería.

Cuando decidió que sería un excelente buscador cuando entrara a Hogwarts, pese a que unos meses atrás no sabía montar en escoba, practico incansablemente, a escondidas de Teddy, acompañado por otros niños de su familia adoptiva. Rose le llevaba un año y no habia heredado el gen Weasley que los hacia buenos jugadores, pero era inteligente como Hermione y ayudo a su primo, enseñándole sus conocimientos sobre el tema, extraídos de libros.

En menos de un año, James habia logrado quitarle la snitch a Teddy en un partido amistoso. El chico era capitán del equipo de quidditch de Hufflepuff y aunque era cazador, siempre habia sido bueno como buscador. Aun así, a James no le costó vencerlo.

Por eso a Draco no le sorprendió demasiado cuando su hijo le expuso descaradamente sus pensamientos, una mañana mientras desayunaban sentados en la barra, esperando que Harry despertara.

-Papa, ¿tú crees que a Teddy le guste Victoire? -Pregunto de la nada, observando la pared pensativamente y masticando sus cereales lentamente. Draco alzo las cejas levemente, pero no se sorprendió por la pregunta de su hijo.

Él no era tan despistado como su esposo.

-No tengo idea-Respondió sinceramente, revolviendo su café con lentitud. James asintió lentamente, frunciendo el ceño y bufando levemente.

-No quiero que salgan.
Draco, ahora sí, se volvió hacia él.

- ¿Quién dice que saldrán? -Pregunto tentativamente, guardándose la pregunta que le hubiera gustado hacer. ¿Porque no quieres verlos juntos?

-Victoire parece más pegada a él que de costumbre y este año será el último de Teddy en Hogwarts con ella. Tengo la sensación de que se confesara antes de que termine el año...