La Tregua [Harco]

[46] Todo irá bien.

Aun habia una duda que rondaba en la cabeza de Draco respecto a Grindelwald.

—Y, dígame, ¿Dumbledore le dio instrucciones para atraerme y hechizarme sin consentimiento? —Pregunto Draco, frunciendo el ceño—, ¿para atacarme repentinamente, sin preguntarse si deseaba esto realmente?

—Bueno, es posible que esas no fueran sus palabras exactas—Harry podría haber jurado que era verdadera diversión lo que reflejaba el rostro de Grindelwald—. En realidad, mi deber era darles la información necesaria y después, dejar toda decisión en sus manos. Pero Dumbledore está muerto y mis promesas con el ya no tienen sentido, así que decidí… divertirme un poco.

— ¿Realmente Dumbledore confiaba en usted?

—Albus tenía ese pequeño defecto; confiar en la gente equivocada. Sin embargo, debo decir que jamás lo defraude en vida. De lo contrario, esta cárcel serian cimientos y yo sería libre. Pero decidí que quería ver la sorpresa que les ocasionaría a dos hombres saber que tendrían un bebe.

—Más que sorprendido, Gellert, me siento afortunado—Draco suspiro cuando Harry uso el nombre de pila de Grindelwald. Seguía siendo tan temerario como en la guerra, llamando a magos oscuros potencialmente peligrosos por su nombre—. Una familia era más de lo que me habia atrevido a desear, pero gracias a tu hechizo, ahora lo hiciste posible.

»Sin embargo… nos trajiste preocupación por haber atacado repentinamente a Draco. A-aun tememos por el futuro del bebe…

—No tienen razones para preocuparse—Lo atajo Grindelwald, sonando aburrido—. Deben suponerlo, pero cabe destacar que use magia oscura. Esta, para hacer posible el crecimiento del bebe, se alimenta de la magia del portador—Señalo a Draco—. Mientras más crezca el niño, mas magia necesitara. Siempre que el mago sea medianamente poderoso, su magia debería bastar. Claro que planeaba usar este hechizo con el mago más poderoso de mi tiempo.

El horror fue palpable de inmediato en la mirada de Harry.

— ¿No hay algo que pueda hacer para ayudar? —Pregunto, la desesperación tiñendo su voz. Draco sintió como su corazón se aceleraba de miedo. ¿Qué si su magia no era suficiente?

—Siempre que te mantengas cerca de él, es probable que tu magia ayude.

Draco suspiro de alivio. Harry era el mago más poderoso que habia conocido probablemente. Era el hombre que habia matado a Lord Voldemort y desafiado a la muerte dos veces.

Si su magia no era suficiente, la de Harry si lo seria.

—Es importante la conexión emocional de los magos—Añadió el anciano, mirando distraídamente la mano de Draco—. Pero viendo ese anillo, creo que no me equivoco al decir que sienten un ridículo afecto el uno por el otro.

Harry fruncía el ceño y se veía como si realmente fuera a hechizar a Grindelwald, así que Draco lo sujeto del brazo.

—Harry, creo que es hora de irnos.

—Tengo una última pregunta—Dijo Harry, ignorando sus palabras—. ¿Por qué la varita si puedes hacer magia sin necesidad de ella?

—Porque Dumbledore sabía que aun siendo poderoso como soy, un hechizo de esa magnitud no se puede ejecutar sin varita. Aun así, no se fio lo suficiente de mí y la hechizo de tal forma que solo podía ejecutar un hechizo. Después, se rompería.

Harry asintió, conforme con su respuesta y tomo la mano de Draco antes de dar la media vuelta en dirección a la puerta. Ambos sintieron la mirada de Grindelwald en su nuca mientras se marchaban.

Al fin, podían respirar con tranquilidad sabiendo que su hijo nacería sin dificultades.

*

Unas semanas después de esa desagradable visita,  por fin el embarazo de Draco era notable.