La Tregua [Harco]

[25] Daños colaterales.

Tras haber luchado contra Voldemort, haber escapado prácticamente ileso y tener una reveladora charla con Dumbledore, Harry creyó que lo peor habia pasado.

Pero por desgracia se equivocaba. No contaba con el desborde de emociones, las que se habia estado guardando en ese último rato.

La muerte de la única familia que le quedaba, la revelación de la profecía, su papel como elegido… era demasiado para un chico de quince años.

Una vez que habia salido del despacho de Dumbledore, lo habían obligado a ir a la enfermería, donde madame Pomfrey lo reviso minuciosamente junto a sus amigos. Los demás tenían algunas heridas, pero leves, mientras que el, si no se contaban las heridas emocionales, estaba ileso.

Por suerte lo dejaron irse rápido, ya que no soportaba estar en la misma habitación que tanta gente que lo miraban con evidente lastima por la muerte de su padrino.

Fuera de la enfermería se encontró a un preocupadísimo Draco, que se lanzó sobre él, casi lanzándolo al suelo. Por primera vez vio al rubio llorar, ya que una pequeña lágrima se deslizo fuera de su ojo y recorrió su rostro hasta su barbilla. Harry sabía que Draco debía odiarlo por dejarlo allí, aturdido, mientras él se habia ido a enfrentar un montón de mortifagos por alguien que también era su familiar. Pero en ese momento no le importó si su novio lo odiaba, porque lo necesitaba para estar de  pie.

Sintió como las lágrimas que habia logrado contener ese rato se escapaban de sus ojos y allí, en ese pasillo y abrazado a Draco, se permitió llorar.

-Draco…-Sollozo, sintiendo la necesidad imperiosa de decirle que Sirius estaba muerto y su padre,  en prisión.

-Shh, tranquilo, vamos-Le susurro Malfoy, aun manteniéndolo abrazado a su cuerpo, lo guio a las mazmorras, que se hallaban más cerca que su habitación. Si alguien los vio pasar en esa inusual situación, aferrándose con desesperación entre ellos, Harry no lo sabría nunca.

Cuando llegaron a la habitación de Draco, vacía y silenciosa, sus sollozos se elevaron y su cuerpo empezó a sacudirse incontrolablemente. Lloro mientras Draco lo ayudaba a sentarse en la cama, manteniéndolo abrazado con fuerza, como si se fuera a escapar. Por más que hubiese querido, no habría podido moverse sin que alguien más lo arrastrara.

-Ya paso, estas a salvo, conmigo-Le dijo, acariciándole el cabello y Harry negó con la cabeza.

-Draco... es Sirius-Sollozo-. Fui por el al ministerio, pero fue una trampa…

Un nuevo sollozo lo derribo mientras luchaba por hablar, pero sentía la garganta cerrada de horror y pena. Sin embargo necesitaba contarle lo que habia pasado, quería que supiera que era su culpa que Lucius estuviera en Azkaban antes de que se enterara por alguien más. Tenía derecho a saber el destino de su padre.

-Sirius no estaba, pero habia mortifagos… a montones… estaba tu padre-Confeso esforzándose por hablar y su novio se tensó, sin dejar de acariciar su cabello con suavidad-Los aurores nos rescataron…  pero Sirius no…. Sirius no lo logro.

-¿Qué Sirius que?-Pregunto Draco sin entender sus palabras mezcladas con llanto.

-Sirius… está muerto-Las palabras le dolieron como la primera vez que las había pronunciado-. Lo mato Bellatrix. Y tu… tu padre, fue a, a Azkaban.

Sintió como lagrimas que no eran suyas caían por su ropa y abrazo a Draco con tanta fuerza como él  lo aferraba. A pesar de casi no haberlo conocido, el rubio lloro por su familiar y por su padre, uno muerto por culpa de su tía, un pensamiento que helaba la sangre de las venas de Harry.

Los sollozos sacudieron los dos cuerpos mientras intentaban ahogar su dolor abrazándose, sobre todo Harry, que sentía que no podría reír en mucho tiempo después de aquello. Sirius era su única familia y pese a tener amigos y gente que lo quería, no era lo mismo. El ansiaba compartir la casa con su padrino, probar el sabor al hogar. Y ahora se lo habían quitado. Otra cosa que Voldemort le arrebataba.