[20] La delatora.

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La eventual felicidad de Harry encontró un bache repentinamente por culpa de alguien en quien ni siquiera se habia molestado en pensar una sola vez; la amiga de Cho de cabello rizado.

Su relación con Malfoy iba muy bien y los miembros de ED seguían progresando notablemente, tanto las serpientes, mas integradas ahora, como todos los demás.

Pero en una clase, mientras todos practicaban sus patronus otra vez y Blaise gritaba por haber conseguido hacer su patronus, un halcón, entro repentinamente un invitado sorpresa; Dobby.

El elfo domestico lo contemplaba desde abajo, con ocho gorros apilados en su cabecita.

-¡Hola, Dobby!-exclamó Harry-¿Qué haces? ¿Qué pasa?

El elfo lo miraba con ojos desorbitados; estaba temblando de miedo. Los miembros del ED que estaban más cerca de Harry se habían quedado mudos y todos contemplaban a Dobby.

Los pocos patronus que los alumnos habían conseguido se disolvieron en una neblina plateada, y la habitación quedó mucho más oscura que antes.

-Harry Potter, señor... -chilló el elfo, que temblaba de pies a cabeza-Harry Potter, señor... Dobby ha venido a avisarlo..., pero a los elfos domésticos les han advertido que no digan...

Se lanzó de cabeza contra la pared. Harry, que conocía bien la costumbre de Dobby de autocastigarse, intentó sujetarlo, pero el elfo rebotó en la piedra, protegido por sus ocho gorros. Hermione y algunas chicas soltaron gritos de miedo y pena.

-¿Qué ha pasado, Dobby?-le preguntó Harry mientras lo agarraba por el delgado brazo y lo apartaba de cualquier cosa con la que pudiera intentar hacerse daño, ayudado por Draco, que estaba confundido por ver a su antiguo elfo allí.

-Harry Potter, ella..., ella...

Dobby se golpeó fuertemente la nariz con el puño que tenía libre y Harry se lo sujetó también.

-¿Quién es «ella», Dobby?-Pregunto Malfoy. Aunque Harry creía que sabía de quién se trataba; sólo había una persona que pudiera inspirarle tanto temor a Dobby.

El elfo levantó la cabeza, lo miró poniéndose un poco bizco y movió los labios, pero sin articular ningún sonido.

-¿La profesora Umbridge?-preguntó Harry, horrorizado.

Dobby asintió, y a continuación intentó golpearse la cabeza contra las rodillas de Harry, pero él estiró los brazos y lo mantuvo alejado de su cuerpo

-¿Qué pasa con ella, Dobby? ¿Estás insinuando que ha descubierto esta..., que nosotros..., el ED?-Leyó la respuesta en el afligido rostro del elfo. Como Harry seguía sujetándole las manos, Dobby intentó darse una patada y cayó al suelo de rodillas-¿Viene hacia aquí?-inquirió Harry rápidamente.

Dobby soltó un alarido y exclamó:

-¡Sí, Harry Potter, sí!

Harry se enderezó y echó un vistazo a los inmóviles y aterrados alumnos que miraban al elfo, que no paraba de retorcerse.

-¿A QUÉ ESPERÁIS?-gritó-¡CORRED!

Entonces todos salieron disparados hacia la puerta, formando una marabunta, y empezaron a marcharse precipitadamente de la sala.
Harry los oyó correr por los pasillos y confió en que tuvieran la prudencia de no intentar llegar hasta sus dormitorios.

Sólo eran las nueve menos diez; ojalá se refugiaran en la biblioteca o en la pajarera, que quedaban más cerca...

-¡Vamos, Harry!-gritó Hermione desde el centro del grupo de alumnos que peleaban por salir.

La Tregua [Harco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora