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Pese a que Harry tenía las mejores intenciones, eso no era suficiente. El destino habia sido escrito de una forma y pese a los esfuerzos del chico, no podía cambiar los propósitos escritos para él.
Un día fatídico se convirtió en uno peor. Después de haberse dado una ducha, la noche anterior, para sacarse la sangre seca en su piel e intentar lavarse la culpa, habia caído rendido en su cama. Esa mañana habia amanecido con escasas fuerzas, cansado más mentalmente que físicamente. A pesar de eso, un pensamiento estaba presente en su mente, golpeteando para salir y pidiendo ser oído. Y Harry lo oía.
Hablaría con Dumbledore. Sería complicado, ya que, pese a que el mismo le habia pedido que cuide a Draco en una de esas frases tan misteriosas que acostumbraba a soltar de improviso, no debía tener idea de lo sucedido. O quizá sí, nunca se sabía con Dumbledore, pero lo que debía pedirle (incluso rogarle, suplicarle o lo que hiciera falta) no era tan simple.
¿Estaría dispuesto a ayudar a esconderse a Draco? ¿Y si así lo quisiera ella, a Narcisa Malfoy? Harry no lo sabía, pero tenía fuertes esperanzas de que accediera. Estaba dispuesto a cualquier cosa con tal de proteger, esta vez definitivamente, a Draco.
Pero una vez más, se vio envuelto en una serie de sucesos.
Apenas habia entrado en el despacho de Dumbledore, después de haber recibido una nota suya pidiéndole que fuera a su encuentro, lo que le era sumamente práctico, cuando el anciano profesor le habia dicho, antes de que Harry pudiera hablar, que habia encontrado un Horrocrux.
Habia titubeado ligeramente antes de aceptar, pero Draco estaba convaleciente en la cama de la enfermería donde lo habia dejado y no era como si fuera a moverse de allí. Al menos en un futuro cercano. Tenía tiempo de sobra para ir con Dumbledore en esa misión y a la vuelta, con el profesor alegre seguramente por un avance, abordaría el tema.
Pero de nuevo, todo se arruino por unas simples palabras.
*****
Dumbledore estaba débil, demasiado débil y se apoyaba en el en busca de apoyo cuando se aparecieron en Hogsmeade. Harry no sabía si era culpa de esa poción y estaba delirando, pero lo único que hacia el anciano director era pedir por Snape. Para calmarlo, le aseguro que todo estaría bien, que regresarían al castillo enseguida y cuando Dumbledore estuviera en manos de Madame Pomfrey, el buscaría a Snape.
En ese instante, mientras ayudaba a Dumbledore a caminar, Harry oyó pasos precipitados y el corazón le dio un vuelco: alguien los había visto y acudía en su ayuda. Era la señora Rosmerta, que corría hacia ellos por la oscura calle luciendo sus elegantes zapatillas de tacón y una bata de seda con dragones bordados.
— ¡Os he visto aparecer cuando corría las cortinas de mi dormitorio! Madre mía, madre mía, no sabía qué… Pero ¿qué le pasa a Albus?
Se detuvo resoplando y miró boquiabierta a Dumbledore.
—Está herido —explicó Harry—. Señora Rosmerta, ¿puede acogerlo en Las Tres Escobas mientras yo voy al colegio a buscar ayuda?
— ¡No puedes ir solo! ¿No te das cuenta? ¿No has visto…?
—Si me ayuda a levantarlo —dijo Harry sin prestarle atención—, creo que podremos llevarlo hasta allí…
— ¿Qué ha pasado? —Preguntó Dumbledore—. ¿Qué ocurre, Rosmerta?—La… la Marca Tenebrosa, Albus.
Y la bruja señaló el cielo en dirección a Hogwarts. El terror inundó a Harry al oír esas palabras. Se dio la vuelta y miró.
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La Tregua [Harco]
FanficHarry y Draco siempre fueron enemigos, ¿Verdad? Llega quinto año y Harry se encuentra con una sorpresa al volver a Hogwarts: Su mayor enemigo no parece odiarlo como antes. 《Y pensar que todo habia empezado por una tregua》 Créditos de la hermosa...