[18] El patronus de Draco.

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Dedicado a draquitoforever-25 gracias por leer💕

Las semanas de Harry tenían sus lados buenos y sus lados malos.

Por un lado los castigos de la profesora Umbridge hicieron que sus cicatrices se abrieran y sangraran otra vez, aunque Hermione y Draco se turnaban para curarlo y entre los dos lograban que casi no le duela en las clases.

Por otro lado Snape lo presionaba más que nunca en las clases de Oclumancia, ya que se enfadaba cada vez que veía en la mente de Harry el pasillo del departamento de misterios. Lo acusaba de no intentar cerrar su mente e incluso llego a insinuar que le gustaba tener visiones, haciendo que el chico explote en más de una ocasión.

Para colmo la profesora Umbridge había echado a la profesora Trelawney, aunque esta seguía viviendo en el castillo. Ahora las clases las daba Firenze, el centauro.

El lado bueno, claramente, era contar con Malfoy y con el ED. El rubio lo ayudaba a curarse la mano cada noche fielmente y su amistad era más fuerte que nunca. Era raro verlos separados y por extraño que sonara, Hogwarts se había acostumbrado a esa extraña amistad.

Incluso el reticente Ron parecía tolerar cada vez más a Malfoy y a sus dos amigos.
Hermione hacia mucho lo había hecho y parecía levemente encariñada desde que el rubio la llamaba por su nombre y no por su apellido o un apodo peor.

Desde ese día en su habitación Harry y Draco no habían vuelto a besarse o a hacer algo que no fuera amistoso. No faltaban los roces accidentales, pero el rubio se estaba conteniendo y Harry lo valoraba.

Estaba seguro de que quería al rubio y también lo deseaba al parecer, pero no sabía si lo quería como algo más que como amigo. No quería darle falsas esperanzas besándolo como si fueran pareja, aunque admitía que ganas no le faltaban.

El grisáceo mes de marzo dio paso a un borrascoso abril. Harry, Ron y Hermione, así como algunos Gryffindor estaban preocupadísimos por Hagrid, el siguiente profesor en la lista negra de Umbridge. La desagradable profesora asistía a todas las clases y tomaba notas furiosamente en un rincón, logrando que el semi-gigante perdiera los papeles a veces.

Los TIMOS se acercaban y la mayoría de los alumnos de quinto año se encontraban estresados, sobre todo Hermione y Malfoy, los mejores de la clase, quien parecía no poder parar de estudiar.

Aun así encontraban momentos para celebrar las reuniones del ED, una de las cosas favoritas de Harry.
Todos se estaban esforzándose muchísimo y Harry sonreía cuando imaginaba a todos los miembros de ED sacando un Extraordinario delante de las narices de Umbridge.

Después de mucho rogar y rogar a Malfoy había logrado convencerlo de unirse a las clases impartidas en la sala Multipropósito, aunque puede que no lo hubiera convencido de una forma limpia. Se encontraban estudiando en la biblioteca y Harry le insistía desde hacía varios días atrás.

-Vamos, Draco, es imposible que nos descubran, llevamos casi todo el año haciendo las reuniones y aún seguimos sin ser descubiertos-Le dijo. El rubio no separaba su mirada de su manual de adivinación.

-No soy un cobarde, Potter-La costumbre de llamarlo por su apellido se mantenía, además de que si le decía Harry recordaba la última vez que lo había llamado así, antes de que el pelinegro lo besara-No es por eso, a los demás no les agradara tener a un Slytherin en sus filas.

-Demonios, Malfoy-Harry lo agarro de la mano y el rubio vio furia en los ojos verdes como esmeraldas de su amigo-Si yo quiero que estés allí, te quedas. Al que no le guste puede irse. No dejare que te juzguen por tu casa.

La Tregua [Harco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora