La Tregua [Harco]

Extra, parte I

Advertencia; Hubo una confusión con las edades y al final de La tregua mencionaba que Teddy estaba por comenzar su último año y James el primero, pero aquí James está comenzando su primer año y Teddy el quinto, no el ultimo. Siento la confusión, cuando corrija La tregua lo modificare, pero por ahora lo advierto aquí para evitar confusiones.

¡Extra largo! Puede que me haya extendido más de lo pensado.

¡Espero que les guste! Los leo.

Primer año.

La primera noche que paso en Hogwarts, James extraño a su familia, como casi todos los estudiantes de primer año.

Sin embargo, en vez de guardarse ese sentimiento o llorar contra la almohada, se deslizo de su cama apenas escucho a sus compañeros de habitación dormir, como un buen descendiente de los Potter y bajo a la sala común, casi completamente desierta. El prefecto de Slytherin dormitaba en el sofá cuando James pasó en puntitas para salir al oscuro pasillo, en pijama, descalzo y armado con su varita.

James camino por el castillo sigilosamente para no ser descubierto con la experiencia de alguien que tenía padres poseedores del mapa del merodeador. Aunque Draco se molestara con él y Harry pusiera una expresión culpable, había dejado que James viera el mapa del merodeador, siempre que no intentara robarlo. Y a James le divertía observar por horas las huellas moviéndose por Hogwarts, mientras esperaba el momento en el que el mismo caminaría por esos pasillos.

Desde que Teddy había ido a Hogwarts, hacía cinco años, James no deseaba otra cosa que seguir sus pasos.

Y hasta ese momento, se había limitado a memorizar pasadizos que le permitieran moverse libremente por los pasillos. Ahora, por fin podía recorrer los pasillos que tantas veces había visto en papel. Sigilosamente, salió de las mazmorras, esquivo a Pevees, bajo escaleras y finalmente llego cerca de las cocinas, donde se hallaba la entrada a la sala común de los Hufflepuff.

James sabía que sin el mapa del merodeador en sus manos, era complicado poder adivinar la contraseña de Hufflepuff. Sin embargo, deseaba más que nada en el mundo hablar con él en ese momento.

Era una mezcla de extrañar a sus padres y saber que Teddy era el único conocido en Hogwarts y también decepción. En realidad, no sería una sorpresa para nadie que hubiera quedado en Slytherin. Harry decía que era demasiado listo como para no ir a Slytherin, ya que siempre obtenía lo que quería mediante trucos y Draco decía que era demasiado arrojado, como su otro padre, muy Gryffindor, aunque James sabía que seguramente se alegrara de que hubiera ido a la misma casa que él. El hecho de que sus padres aceptaran la casa del otro lo tranquilizaba y no se había sentido presionado. Cualquiera de las dos casas le parecía bien.

Aunque, si lo admitía, le había rogado al sombrero seleccionador mentalmente que no lo enviara a Gryffindor a último momento, un pensamiento rápido del que después se había arrepentido. No porque fuera la casa de uno de sus padres, sino porque allí no estaba Teddy.

Y el sombrero seleccionador había cumplido. No lo había enviado a Gryffindor.

Pero James había acabado siendo un Slytherin.

Y desde el momento que McGonagall había dicho su nombre y James se había adelantado a probarse el sombrero seleccionador, había sentido todos los murmullos siguiéndolo. Estaba habituado a ello, dado que siempre había recibido miradas extrañas y susurros a sus espaldas. Pero nunca habían sido tantas personas a la vez, repitiendo su apellido una y otra vez. Malfoy Potter. El hijo del salvador del mundo mágico y el mortifago.

E inevitablemente, mientras él y sus compañeros descendían a las mazmorras para pasar la primera noche, oyó a un Gryffindor de un año superior preguntar en voz alta; - ¿Creen que sea como su padre, un mortifago?