Cuarto año, en opinión de Harry Potter, había sido una tortura.
Por lo general ansiaba la vuelta a clases para deshacerse de los Dursley lo antes posible, pero después de los acontecimientos producidos el año anterior no estaba seguro de querer volver tan pronto. Todavía recordaba muy a menudo cuando había aparecido con el cadáver de Cedric en brazos afirmando que Voldemort había vuelto.
Tenía pesadillas renuentes sobre esa noche que ocasionaban que la cicatriz le doliera, lo que le provocaba insomnio.
Así que rezaba para poder disfrutar un año medianamente normal, tan normal como le fuera posible al Elegido. Se conformaba con no tener que luchar contra dragones o sirenas y que los demás estudiantes lo dejaran en paz.Ahora mismo miraba por la ventana del cuarto que compartía con Ron en el número 12 de Grimmauld Place, el hogar de Sirius.
Unas semanas antes lo habían llevado allí después del incidente con los dementores. Sin embargo, a pesar de que su vuelta a Hogwarts estaba confirmada después de ganar el juicio, sus nervios seguían ahí, ya que una premonición lo asaltaba con frecuencia.
Ese año iba a suceder algo que Harry no estaba seguro de que fuera bueno.
De todas formas sería bueno salir de esa casa finalmente.Hedwig ululo a su lado, contemplándolo con sus enormes ojos ambarinos y Harry paso su mano por sus suaves plumas. A ella también le agradaba el cambio, ya que como el, odiaba Privet Drive y a los Dursley.
Ron roncaba ruidosamente como siempre y se oían ruidos provenientes del cuarto de los gemelos Weasley. A pesar de ser la madrugada a Harry no le extrañaba, acostumbrado a las rarezas de los pelirrojos idénticos.
Pero no eran los ruidos lo que no lo dejaba dormir, sino un pinchazo en la cicatriz. El año pasado le había contado a Sirius sobre eso y él se había arriesgado a volver de su escondite solo por eso y Harry no quería preocuparlo. Ya bastante compungido se lo veía encerrado en esos muros sin poder salir, en la casa que había sido de su familia. Y tanto Ron como Hermione reaccionarían mal y se preocuparían en exceso.Después de un rato mirando las estrellas por fin volvió a la cama con los pies fríos y trato de dormir mirando el techo. El sueño logro vencerlo unos minutos después.
A la mañana siguiente la cocina era un torbellino de gente. La señora Weasley hacia malabares para repartir tostadas para todos los comensales: La familia Weasley casi al completo, Hermione, Tonks, que había sido obligada a sentarse después de tirar dos veces la jarra de agua intentando ayudar, Moody, Sirius y Remus.
-Ah, Harry, querido, siéntate-Con un movimiento de la varita envió comida a su plato vacío-¡GINNY, BAJA YA!
Harry se deslizo a una silla entre Ron y Sirius. El primero se atragantaba con comida, de aparente buen humor después de la noche anterior, con la cena en honor a que él y Hermione habían sido nombrados prefectos.-Mejor come rápido, mama esta algo histérica, como todos los años-Le dijo Ron rociándole algunas migas. Hermione lo miro con desagrado.
Un par de horas más tarde y después de varios incidentes durante el viaje se despedían de la señora Weasley en la plataforma 9 ¾. Sirius corrió detrás del tren en forma de perro unos segundos mientras lo saludaban por la ventanilla. A Harry en el fondo le dolió separarse de él y dejarlo solo en aquella mohosa casa. Pero aun albergaba la esperanza de poder vivir con él en algún momento.
El ánimo de Harry bajo en picada cuando Ron y Hermione le comunicaron que tenían que ir a el vagón de Prefectos.
Se encontró solo en el pasillo del tren, con la gente pasando a su alrededor y lanzándole miradas de curiosidad. Finalmente termino sentado en un vagón con Neville Longbotton, Ginny y una chica llamada Luna Lovegood, con un inconfundible aire de chiflada. Harry nunca había estado con un grupo más extraño y se dedicó a mirar los aburridos paisajes que desfilaban por su ventana.Un rato después se abrió la puerta del vagón de improviso. Harry miro, esperando a Ron y Hermione, pero se topó con una desilusión. Apoyado en el marco sonreía con suficiencia Draco Malfoy, con su cabello rubio engominado perfectamente. Por una vez, no iba flanqueado por Crabbe y Goyle.
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La Tregua [Harco]
أدب الهواةHarry y Draco siempre fueron enemigos, ¿Verdad? Llega quinto año y Harry se encuentra con una sorpresa al volver a Hogwarts: Su mayor enemigo no parece odiarlo como antes. 《Y pensar que todo habia empezado por una tregua》 Créditos de la hermosa...