El oscuro cielo amenazaba con derramar las fuertes lluvias como había pronosticado el noticiero en los días finales de agosto.
Ya era hora de ir a la preparatoria. No tenía ánimos suficientes para asistir, aunque casi nunca los tenía. Apenas me tocaba iniciar mi quinto semestre de mi carrera, el principal motivo de no tener ánimos para asistir, era mi padre; por el estudiaba psicología clínica.
Mi madre había muerto hacía más de dos años.
Solo me quedaba mi padre, vivía solo con el.
No quería estudiar algo que no haya sido elegido por mi, pero así era mi padre; gobernante, sobre protector, reto y creía ser perfecto. Todo a su alrededor tenía que serlo igual. La idea de tener novio, lo volvía loco, desconfiaba de todos los chicos que se me acercaban desde aquel día...
Aquella noche del asesinato que presencié, el chico, él. No lo había vuelto a ver, ya habían pasado 5 meses y todavía en Londres no se había descubierto la verdad, nadie me creía, excepto mi padre.
Todo aquella noche fue tan extraño.
El cuerpo de la chica nunca se encontró. La reportaron desaparecida, su madre no dejaba de insistirle a la policía para que buscaran a su hija, día tras día, noche tras noche salía a las desoladas calles, y allí gritaba su nombre; ¡Cristina! ¡Cristina! ¡mi niña! Con lágrimas, más nunca hubo rastro.
Nadie escuchó los gritos que salían de aquel callejón donde minutos antes del suceso, yo estaba.
Todo se volvió escalofriante, mis noches no eran las mismas. En varias ocasiones los veía, veía aquellos ojos gris, tan profundos e indiferentes, no había visto así, no como los de el.
No podía olvidar la desesperación de aquella chica, sus rasguños en la piel.
Mi prima Geydi sacudió mis pensamientos, cuando saltó a la cama y empezó a cantar como loca, así era, no podía hacer las cosas con normalidad, aunque, a veces yo también era cómplice.
—¿Quien es la prima mas hermosa?— lanzó.
—¡Oh! Claro, yo querida.— respondí, con él autoestima al cien, como solía ser y estar todo el tiempo.
—Esa es ella, ven aquí.— dijo tomando mi rostro entre sus mano y dejando un beso en mi frente, era esa su más dulce costumbre.
Ya era hora de irnos. Desayunamos juntas y tomamos el taxi, ella era de enfermería y eso sí que le quedaba a lo justo, tenía toda la paciencia y el amor para ser enfermera, le gustaba ayudar y cada día estaba fascinada con su carrera, al contrario de mi.
Habíamos llegado a tiempo, como de costumbre.
Geydi estaba que brincaba de emoción, pues había más de 100 alumnos nuevos este semestre. En eso nos diferenciábamos; Ella era de esas chicas que aman socializar, yo no, nunca tuve el mínimo interés de conocer a alguien más, pues mi padre casi no permitía mis amistades, y si salía de casa tenía que darle unas tantas explicaciones. Eso en serio me aburría, me había convertido en una chica aburrida y al mismo tiempo alegre.
En el momento en que bajamos del auto, empecé a sentirme incómoda. Era normal en mi, que mis emociones bajaran al tope en un segundo, sin explicación alguna, por que casi nunca las tenía.
Pero este no fue igual. Este no era un bajón, ni timidez, era más bien; miedo.
Geydi pareció notarlo al invitarme a su circo de amigas y verme allí paralizada, en el mismo sitio donde el taxista nos había dejado.
—¡Oye! ¿Que te pasa? Es nuestro primer día de clases, después de casi dos meses.— dijo yendo en mi dirección para luego jalarme hacia ella, pero algo nos detuvo a ambas.
¿Algo? ¿alguien? ¿era él?
—No...
—¿Sophia?— llamó Geydi, pero el pánico ya había invadido mi cuerpo, sin dejarme tan siquiera pestañear.
A Geydi se le puso la piel de gallina.
Un silencio se apoderó de aquel lugar.
El ambiente cambió desde que él llegó, mi mente fue otra desde que lo vi.
Miles de preguntas se sumaron a las otras miles que tenia de aquella noche.
Aquel suceso...
¡No. no puede ser!
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Herida
Mystery / ThrillerCristina Wiltom lo sabía todo. Fue herida como las demás, pero se había llevado todo lo que sabía a la tumba, dejando en manos de Sophia clein, un inquietante, desesperante y terrorífico misterio que resolver. Sin pruebas era imposible confirmar y c...