"Una noche jamás olvidada."
Ya había llegado el día de celebrar hallowen.
Jules se había negado a ir, a pesar de que Laura le invitó cordialmente, a pesar de que yo también insistí, su respuesta fue la misma.
Jamás había visto a Jules tan preocupada, y con una excesiva capa de auto cuidado. Calculaba cada una de sus palabras, parecía que evitaba a toda costa el contacto con humanos, parecía incluso, querer esconderse, pero... ¿Por qué desconfiaba tanto? ¿Por qué actuaba como que le debía algo a alguien?
Evitaba a Laura, eso era seguro.
Sacudí esos pensamientos y me centré en vestirme el traje que, entré Laura y yo, habíamos elegido para fiesta en la terraza de su casa.
Mi maquillaje era de lo mejor, daba unos toques exactos para una fiesta como aquella.
Al principio sentí escalofríos al usar un traje que recordará una muerte real, pero lo utilicé, ya era historia pasada, Sophia debía estar echa polvo bajo aquellos metros de tierra, detrás de aquel ataúd, ya no estaba y no quedaba mal conmemorar.
Mi traje tenía cubierto mi cuerpo, de frente y de tras había un tubo plástico que de verdad parecía estar clavado desde mi espalda hasta mi estómago, como Sophia.
Era perfecto.
Y no sólo yo lo usaba, habían varias chicas que también lo llevaban, e incluso Laura.
Ropas rotas, manchadas de sangre, rostros irreconocibles a base de maquillajes totalmente perfectos, en chicos también. Máscaras idénticas en muchos de los chicos, cosa que me creaba una inquietante confusión, pues no sabía con exactitud quién era el chico que buscaba en aquella fiesta, hasta que mi teléfono vibró...
Mi chico cruel: Estoy en el segundo piso, en la segunda habitación. Te espero acá, bebé.
El mensaje me había sacado una sonrisa pícara de inmediato, una que se ensanchó en cuanto le vi desnudó dentro del yacuzzi.
Yo: Allá voy, a quitarte esa máscara y saber quién eres.
Mi chico cruel: Estoy que tiemblo, ¿debería yo, esconderme?
Yo: Loca y asustada ando yo con ese secreto tan grande que habita en medio de tus piernas.
Mi chico cruel: Ven por él, me desespero.
Acto seguido, moví mis pies y aparté a cada uno de los que estaba bailando pegados y eran obstáculos.
Olvidé a Laura y fuí por él.
Tenía unas inmensas ganas de estar ahorcadas sobre su polla tan gruesa y venosa.
Pero todo desapareció en cuanto abrí aquella puerta.
Parpadeé varias veces, intentando desaparecer todo pero no sucedió, era real.
Lo que veía pasar en el Yacuzzi que me había esperado era real.
El chico que me había prometido pasar la mejor noche de mi vida, llena de sexo y aventuras, se las estaba dando a otra chica. La furia y decepción me cegaron por completo. No lo amaba, no teníamos nada en concreto, pero nos habíamos prometido una noche de sexo.
Quedé totalmente pasmada hasta que reaccioné.
Me dejé cegar por la rabia.
Había alcohol en mi sistema.
Ellos parecieron no percatarse de mi presencia, eran unos descarados, él principalmente, que ni siquiera sabia su nombre, no me lo había dicho, así que le apodé: Mi chico cruel porque siempre me pidió que le llamara así, jamás pensé que una de sus crueldades era engañar a una chica, calentarla y luego salir con una de estas.
Obvio que no lo iba a dejar así. Los celos no me lo permitían. Yo era más guapa que esa chica.
Lo odié al instante, incluso a mi por llegar tarde.
La chica estaba saltando sobre su cuerpo, ambos tenían máscaras.
El choque de sus cuerpos provoca un sonido excitante.
Gemidos.
Gritos de vez en cuando, y algún que otro gruñido de parte del chico que llevaba semanas prometiéndome eso a mi.
Hasta qué yo terminé la escena...
La música estaba tan alta que decidí no hablar nada y solo actuar. Conecté una plancha y la arrojé al yacuzzi, al instante en que la electricidad y el agua se encontraron... sus cuerpos quedaron totalmente desfigurados a causa de la fuerte energía y la corriente.
Entonces... victoriosa, salí de allí.

ESTÁS LEYENDO
Herida
Mystery / ThrillerCristina Wiltom lo sabía todo. Fue herida como las demás, pero se había llevado todo lo que sabía a la tumba, dejando en manos de Sophia clein, un inquietante, desesperante y terrorífico misterio que resolver. Sin pruebas era imposible confirmar y c...