Herida

T R E C E

Sentía todo muy liviano.

Como si mi cuerpo estuviese flotando sobre algo.

Hasta que de pronto comencé a sentir una presión en mi mecho y un aparato que oxigenaba mis pulmones estaba conectado a mi nariz. Comencé a toser sintiendo el dolor en aquella acción, pero también sentía mi piel arder demasiado, no comprendía nada, hasta que desperté.

Estaba sobre una camilla, habían muchísimas personas allí, pero solo capté a una... mi madre.

—¡Es un milagro que esté viva!— comentó una señora y cubrió su boca con ambas manos cuando se percató de que medía multitud le miraba con extrañeza.

—Cariño, no sabes cuanto te amo.— mi madre sollozó y hundió la cabeza en mi pecho.

No podía hablar, solo asentí y pasé la mano por su cabellera negra y rizada.

Y me alegré de saber que mi madre no me odiaba. Era lo único que me importa.

Habían periodistas por doquier, investigando la mínima cosa, agradecí que los paramédicos no le dejaron acercarse a mi y llenarme de preguntas agobiantes.

Unos de los bomberos que apagó el fuego, salió cabizbajo, y de inmediato fue arropado por la multitud de periodistas y reporteros.

—...han quedado irreconocibles los cuerpos, no hay rastros de ellos, nada más que dos cadáver ya en sus huesos, toda su masa ha quedado consumida por el fuego, lamentó no haber llegado a tiempo.— dijo el bombero frente a cámaras televisivas, donde todo el mundo estaba conectado.

Y sonreí al darme cuenta de que había puesto fin a un asesino que había implantado terror en la ciudad de Londres.

                                           {F I N}

Nota del autor:

Sí, fue una historia súper corta, lo siento si no alcancé sus expectativas con esta historia, lo siento muchísimo, espero darle más en otras historias, no está de más decirles que gracias, de verdad gracias por leer, por sus votos y toda la paciencia mientras actualizaba la historia, les amo, espero y el final le haya conformado como intenté.

Nos vemos en otras historias.

~ Julio Martínez