El mundo parecía haberse puesto en mi contra, cuando ni siquiera lo merecía y en los momentos inadecuados.
Mi estómago gruñó, llevaba largas horas sin comer, y mis labios estaban muy resecos, necesitaba y anhelaba tomar agua, aunque sea una gota para mojar mi garganta, pero los guardias ignoraban mis súplicas, y era la única que se quejaba en aquella cárcel, todos parecían haberse adaptado a las reglas que desconocía, así que guardé silencio y me distraje pensando en todo lo sucedido.
No sabía cuánto tiempo llevaba encerrada.
Ni las horas, allí no había reloj.
Luego de unos minutos, las puertas se abrieron y vi a mi padre que, junto a Geydi, buscaban mi rostro entre las cerdas que estaban delante.
—¡Papá, estoy acá!— exclamé sintiéndome rescatada de mi peor pesadilla, de pronto todo el ánimo volvió, e incluso los gruñidos de mi estómago habían desaparecido instantáneamente.
Mi padre se acercó apresuradamente a la cerda donde me encontraba, me miraba con lastima y una alarmante preocupación, igual que Geydi, que nos había dado espacio.
—Hija, ¿qué es lo que ha pasado? Sé que eres inocente, mi niña, sé que lo eres.— repetía mientras me abrazaba fuertemente, lloraba desesperadamente y me angustiaba verle en aquel estado.
—Cálmate papá, solo ha sido un mal entendido, ya sabes cómo son aquí en Londres.— dije tomando sus mejillas en mis manos y limpiando las lágrimas que, con rapidez salían.
—No quiero verte aquí, así que he contratado un abogado, pero debes decirme exactamente lo qué pasó Sophia.
—Ha sido un malentendido.— dije con simpleza, pero luego las palabras comenzar a doler mientras salían de mi boca.— Yo-yo es-estaba en la bi- biblió-te-ca cuando de repente Mela llegó, estábamos hablando y cayó desmayada, lo que provocó una pérdida.— mentía trabajosamente, sin éxito, pues había titubeado al hablar y mi padre conocía demás a su única hija.
—¿Pérdida? ¿Que pérdida?— preguntó ignorando mi mentira y lo agradecí.
Tenía el ceño fruncido y esperaba impaciente mi respuesta, todos daban a Mela por ser una chica ejemplar y Virgen, así que decir aquellas palabras me costaban y sentía invadir la privacidad de ella, pero aún así, me decidí a contarle.
—Perdió un embarazo.
Los rostros de Geydi y mi padre se encontraban boquiabiertos, estaban tan sorprendidos como yo.
—Vas a salir de aquí más rápido de lo que crees hija.— prometió mi padre, mirándome con ternura, me envolvió en un abrazo cálido que se sentía tan reconfortante, me abrazó a pesar de mi suciedad y el posible mal olor que tenia mi ropa sudada. Entonces una lágrima caliente rodó por mis mejillas.
—Te amo papá, no lo olvides.
—No me gusta el tono en que lo dices, hija. No vas a quedarte aquí el resto de tu vida y si así fuera, vendríamos a verte siempre, ¿cierto Geydi?— dijo y luego busco la aceptación, ella asintió y yo también me uní.
—Señor, déjenos un momento a solar, ¿si?— pidió Geydi a mi padre y este acudió en seguida.
—Ha vuelto.—susurré sin mirarle a los ojos.
—¿Crees que sea él?— preguntó preocupada.
—Si. Ese chico puso seguro a la biblioteca y nos encerró. Seguramente le pegó un susto a mela y consiguió hacerla desmayar, entonces, mela cayó al piso y empezó a sangrar, y no-no pu-de ha-cer na-nada.— conseguí decir tartamudeando en un susurro apenas audible, Geydi se hincó y me abrazó fuertemente, las palabras se atrabancaban en mi garganta, haciendo más difícil el desahogo de aquella desgarradora escena.
—¡Lo siento! De verdad lo siento mucho, no debí dudar de ti y ahora me siento la peor.— respondió entre llantos y suspiros.
—No hay nada que perdonar, Gey. Tú, al igual que los demás, no estaban allí, es normal suponer y querer afirmar algo que nadie aparte de mela y yo, vió.
Ella me observó unos instantes, y luego llevó su mirada a un viejo televisor que se había encendido en la cerda, dirigí mi mirada al mismo sitio, llevándome la peor de las noticias; Mela había sido asesinada.
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Herida
Bí ẩn / Giật gânCristina Wiltom lo sabía todo. Fue herida como las demás, pero se había llevado todo lo que sabía a la tumba, dejando en manos de Sophia clein, un inquietante, desesperante y terrorífico misterio que resolver. Sin pruebas era imposible confirmar y c...