S E I S

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Un intenso dolor de cabeza me invadió al despertar, me palpitaba con cada paso que daba, hasta que tuve que arreglármelas para llegar rápido al baño y vomitar.

Me observé en el espejo, una muesca de asco y confusión fue lo único que pude darme a mi misma, mi cabello estaba horrible y tenía dos marcas cerca del pecho, entonces lo recordé; me había acostado con Adrián, el primo de Laura, él... el me había traído a casa.

Decidí darme una ducha. Dejé que el agua caliente cayera buen rato sobre mi, mientras peinaba mi cabello, debía presentarme en la facultad en una y no con ese aspecto tan horrible. Salí de la ducha, sequé mi cabello y dediqué unos minutos a maquillar mi rostro, escondiendo algunas manchas y esas inmensas ojeras que no me agradaban en absoluto, y lo logré. Quedé perfecta. Lista para ir a ver chicos embelesados mirando mi apariencia que no era más que buena ropa y maquillaje.

Cuando estaba lista para irme, escuché la radio...

...Se trataba de Albert y Johanna, ambos han sido encontrados sin vida en un yacuzzi, sus cuerpos quedaron reventados por la carga eléctrica recibida, las imágenes son muy fuertes, no apto para personas sensibles ni menores de edad como ya es ley en la ciudad. Se dice que ambos chicos tenían su pareja, siendo esto un encuentro de amantes. No aseguramos dar con el causante, pues era una fiesta de hallowen, y no hay rastro de huellas. Nuestras condolencias a dichas familias. Es todo por el momento."

Fueron esas las palabras que escuché.

Fueron exactamente aquellas palabras las que me frisaron por completo. Quedé en un estado inmóvil; las funciones de mi cuerpo parecían huir de las órdenes de mi cerebro, ni siquiera pestañeé.

¿Cómo... como puede ser? Yo me aseguré de que eran imaginaciones mías a causa de las drogas y el alcohol, yo... yo no lo había hecho, Adrián me lo había confirmado.

Empecé a sentirme sofocada, había perdido el ritmo de mi respiración, llevé mi mano a mi pecho, no podía soportar el dolor en el, mi vista se fue nublando poco a poco hasta que perdí fuerzas y caí al piso...

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Desperté sintiendo débil mi delgado cuerpo, y un dolor punzante se posó en mi cien cuando todo la verdad me golpeó... sí había asesinado a dos chicos, por mis celos, mis impulsos, mi yo que no tiene autocontrol en nada. ¿Que debía hacer? No sé lo podría contar a nadie porque eso implicaba el gran riesgo de ser apresada.

No entendía nada, pero la culpa de de mi impulsiva reacción la tuvo Adrián, estaba más que segura que me había enviado una foto en ese yacuzzi, aunque al verificar nuestro chats no estuviese allí la foto, estaba segura que si. ¿O me había equivocado de habitación?

—No. No, esto me va a volver loca.—dije en voz alta, luego llevé mis manos a mi cabeza y comencé a dar vueltas por la casa, sin saber qué diablos hacer. Mis padres se había ido de viaje por tres días, estaba sola.

<<Jules, Sí, en ella si puedo confiar y contárselo, estoy segura de que podrá ayudarme>> me dije a mi misma, tomé un vaso de agua y le llamé unas veces, pero el móvil parecía estar apagado.

Activé los datos y de inmediato llegaron los mensajes, e incluso uno de ella.

Mi Jules: No tardes más, ven, te espero en el salón de actos, tienes que ver lo que va a suceder, ¡Te espero!

Yo: Jules, tengo un problema, no puedo ir a la facultad, no ahora.

No hubo respuestas por lo que fueron unos 20 minutos, y agradecí cuando apareció "en línea" debajo de su perfil y luego escribiendo.

Mi Jules: Tienes que venir, aquí me lo cuentas. ¡Liza date prisa!

Yo: Es que... tengo que contarte algo, muy malo Jules.

Mi Jules: ¡Solo ven, liza! Aquí lo hablamos.

Y como para Jules todo tenía solución, decidí armarme de valor e ir...

HeridaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora