Decidimos ir al cementerio, íbamos en silencio, de echo, todo el pueblo lo estaba, las calles estaban desoladas, nadie salía de sus hogares, aun faltaba un día para ir a la facultad, la prensa no había dado con el paradero del asesino, así que todo había vuelto a su normalidad, como si nada hubiese pasado, la policía solo rondaba el pueblo de vez en cuanto, y se mantenía en vela, pero aún así, no prometían una seguridad máxima.
Observé todo lo que dejábamos atrás mientras íbamos de camino al cementerio, podía ver a mela sonriendo, la veía caminar de la mano con su chico, veía su cabello rubio lacio, le veía siendo ella a pesar de sus imperfecciones, era inevitable no sentir pena, tristeza y rabia. Quería gritar muy alto, quería arrastrarme por el suelo, incluso arrancar mis uñas, pero lo que más ansiaba era poder matar con mis propias manos a quien le había quitado la vida.
Las lágrimas ya se negaban a salir, como que si hubiese un límite y ya lo había cruzado, como si mis mejillas estuvieran obligadas a no dejar correr una lagrimas más.
—Han llegado chicas.— anunció el taxista—tengáis cuidado por ahí, andan espíritus rodando.— volvió añadir entre intensas carcajadas. Le fulminé con la mirada e ignoré su absurdo comentario y nos bajamos del auto.
—¿Escuchaste eso?— pregunté luego de haber bajo del auto. Geydi parecía pensar a lo lejos.
—Si. Pero lo horrible fue su sonrisa.— mostró cara de asco al imaginarlo.— sus dientes estaban podridos y le hacían falta los del medio.—
Ambas teníamos expresión de asco en nuestro rostros, hasta que nos adentramos al cementerio.
Habían tumbas desgastadas y en muy malas condiciones; algunos nombres borrados a causa del tiempo que llevaba allí, pues las lluvias con el tiempo lo provocaban.
Mi mirada iba de aquí allá, observaba cada una de las tumbas, hasta que nos detuvimos frente a la de mela.
—Aquí es.— dijo Geydi cayendo de rodillas frente a la tumba, sus lágrimas no tardaron en salir. Mela era novia de su hermano, y significaba mucho para ella, pues era la única novia que le había aceptado a su estúpido hermano, y, la única que le caía bien, que por suerte, no era familia mía, ya que era medio hermano de Geydi y no era hijo de mi tío henrry sino de su madre Stella.
Me incliné junto a ella, y pase mi brazo por sus hombros, intentaba calmar sus llantos, pero era una tarea imposible.
—¡Mela, tú no, tú no!— gritaba desesperada.
Me aferré más a sus brazos y dejé el ramo de flores que llevaba junto a la lámina.
Mela Egan.
Nació: 09/08/1997
Falleció: 19/10/2020
"Ya no estarás físicamente con nosotros, pero siempre vivirás en nuestros corazones. Vuelta alto, princesa."Después de leer aquellas palabras, mi pecho dolió. Jamás volveríamos a verle, nunca más.
Habían ramos de flores, todas tenían el mismo color de pétalo: morado y blanco, no sabía si significado pero si supuse que era típico de entierros, la tumba tenía una pintura fina y reluciente, notando la diferencia entre las demás que estaban cubierta de polvo, otras se había caído, y, en cambio, otras ni siquiera tenían nombres pero mucho menos color.
El cielo comenzó a derramar agua y nuestra ropa estaba empapada.
—Siempre voy a recordarte, mela.— susurré llevando mis manos a mi boca para ahogar un grito, —siempre, lo prometo.

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Herida
Mystery / ThrillerCristina Wiltom lo sabía todo. Fue herida como las demás, pero se había llevado todo lo que sabía a la tumba, dejando en manos de Sophia clein, un inquietante, desesperante y terrorífico misterio que resolver. Sin pruebas era imposible confirmar y c...