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Todo el cuerpo de Jeongin temblaba, sus manos aferrándose al pecho del mayor mientras sus labios cosquilleaban, permitiéndose abrir sus belfos, aceptando aquella danza de labios que le ofrecía el alfa, soltando bajos jadeos al sentir la lengua mojada del alfa delinear sus labios y explorar su cavidad, sintió que su corazón se desbordaba por lo fuerte que latía, permitiéndose disfrutar de la desesperación y necesidad que se sentía en aquella acción.

E incluso si estaba siendo mucho para ellos y tuvieron que tomar distancia para tomar aire, Hyunjin no dejó de presionar sus labios sobre los del omega, sus respiraciones siendo pausadas con cada chasquidos de labios.

- Alfa...- aferrándose a la camisa Jeongin pudo sentir su rostro arder, soltando bajos quejidos al sentir aún los labios del alfa pasear por su rostro, acariciando sus labios y mejillas.

Escuchando al omega quejarse Hyunjin no pudo hacer más que gruñir.

Satisfecho y aliviado, volvía a tener a su ángel entre sus brazos, lo había besado y lo sentía aferrarse a él, y eso es lo que él necesitaba, que Jeongin se aferre cómo él mismo lo hace.

- Te tengo, ángel- Jeongin asintió, lo tenía, vergonzosamente de todos los modos, pero en ese momento lo sostenía totalmente ya que las piernas del menor fallaban, mareado y excitado con el aroma que se apreciaba en el aire.

Su nariz no tardo en enterrarse en el cuello del mayor, ronroneando por el aroma tan familiar que se filtraba por su nariz, sus labios presionandose en la suave piel, sintiendo la mano del alfa acariciar su cabello permitiéndole restregarse en su cuello.

- No creí, q-que me recibiría así- Hyunjin remojo sus labios, aún pudiendo saborear el dulce sabor de los labios del menor.

- Debía asegurarme que no te volverías a ir.

Haciendo un pequeño puchero Jeongin levanto la mirada, su queja siendo interrumpida de nuevo por los labios del alfa, se permitió gemir bajito, sintiendo los dientes del alfa estironear de su carne a su antojo.

- Ni una palabra, ángel, no hasta que nuestros lobos se calmen- asintiendo lentamente Jeongin se dejó guiar por el alfa.

Siguiéndolo con pasos tímidos no refutó cuando entraron a la habitación y el alfa lo guió hasta la cama, dejando que tome asiento mientras parecía comenzar a rebuscar algo por el escritorio.

- ¿Qué hace?- viéndolo tomar su teléfono Hyunjin volvió a acercarse al menor hasta dejarse caer a su lado.

Jeongin pensó que esa noche sería realmente mimado.

Porque Hyunjin no tardó en sentarlo en sus piernas y marcando una llamada el menor escuchó al alfa pedir mucha comida, mientras sus frías manos se deslizaban de arriba a abajo en su cintura y su fuerte y embriagante aroma abrazaba su cuerpo.

El omega estaba a punto de llorar por lo sensible que le ponía el comportamiento del alfa.

- Y-yo ya cené- murmuró bajo, sintiéndose mal por que el mayor mando preparar comida para él, el omega no había comido ni dos porciones de pizza, pero era lo que él normalmente digería en un día, y se sentía lleno.

- ¿Qué comiste?- su piel cosquilleo al sentir los dedos del alfa posarse en su mano, las pequeñas caricias que le comenzaba a ofrecer distrayendolo.

- Pizza- murmuró bajito, sus ojos cerrándose mientras buscaba apoyarse en el hombro de Hyunjin.

- No, ángel, dormirás después de comer algo más, sé que no quieres hacerlo, pero eres una plutima, yo te alimentare bien y podrás descansar.

Jeongin sólo pudo quejarse, su labio inferior temblando cuando el mayor no le permitió frotarse sobre su piel, pero también por que estaba siendo demasiado lindo y él sólo no podía con tanta atención.

Melifluo | Hyunin #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora