Melifluo | Hyunin #1

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La nieve amenazaba con cubrir todo el campo junto a las lápidas con una nevada más. Con el frío congelando sus dedos y el vaho escapando de sus labios Jeongin se agachó y abrazó sus piernas con fuerza mientras sus ojos se perdían en el cemento frente suyo.

Con la nieve cubriendo casi toda la piedra. La lápida de su madre.

Hundió su rostro dentro de su bufanda mientras el nudo de emociones se acentuaba en su garganta. Con un hilo frío gruesas lágrimas se resbalaron por sus mejillas cuando por fin se permitió dar paso a la tristeza.

¿Cuántas veces había ido a ver a su madre con la vista ciega?. Hablando sobre sus problemas y lo poco que había hecho para enorgullecerla, hablando de que el loco en su casa era un hombre algo extraño pero amable, pidiéndole que ya no exija fotos a su supuesto padre como si su madre fuera la responsable.

Jeongin fue tan pero tan tonto e ignorante.

Que las ganas de vomitar y derramar todo lo que llevaba dentro lo estaban matando. ¿Cómo pudo ser tan absurdamente ciego?, ¿cuántas veces intentó hacer ver a Han Bisoo como un hombre bueno e inocente?. Incluso recuerda haber defendido a ese hombre de Hyunjin diciendo que él solo extrañaba a su mamá.

Ese hombre literalmente la mató esperando tener a quien debería ser su hijo.

Jeongin hundió más la nariz en la tela cálida, buscando una estabilidad al recordar las palabras del señor Han: alma gemela.

Dijo que era su alma gemela.

Jeongin nunca sintió tanto asco, tanto miedo. Por un momento incluso se preguntó si las razones de las acciones de Han Bisoo se debían a eso, a que ese hombre de unos cincuenta años era su alma gemela.

Fue aterrador. Lo fue hasta el último momento en que disparó el arma, y al contrario de ir con él, Jeongin solo pudo sentir una gran liberación al verlo morir justo frente suyo.

Jeongin sorbió su nariz mientras pasaba saliva y sentía las lágrimas caer por sus mejillas hasta la tela un poco arriba de sus pómulos. Hubiera sentido el frío casi doloroso si una presencia a lado suyo no se hubiera agachado ofreciendo su calidez.

Apenas parpadeó con las pestañas húmedas mientras sentía el brazo de Hyunjin en volver su cuerpo y comenzar a repartir caricias y palmadas a su brazo sobre las prendas.

- Entonces, ¿aquí está la suegra?- Hyunjin pregunto con un tono ligeramente juguetón y suave.

Jeongin recibió una mirada expectante, Hyunjin esperaba una respuesta y en sus ojos suaves y pacientes el omega pudo encontrar las intenciones de distraerlo y alejar los pensamientos negativos de su mente.

Así que sonrojándose y hundiendo un poco más su rostro en la bufanda asintió un poco pero firme.

Hyunjin sonrió volviendo la vista a la lápida.

- Me dije a mí mismo que no podía seguir reclamando a mi ángel si no venía a agraderla a usted- Jeongin observó expectante el perfil de Hyunjin, el alfa no le estaba hablando a él, sino a su madre. Y Jeongin no pudo evitar sentirse conmovido cuando Hyunjin portó un tono formal y respetuoso hacia su madre-. Digo, alguien debía agradecerle por crear semejante ser. Usted debe estar orgullosa de haber criado a alguien tan hermoso y dulce como Jeonginnie.

Jeongin soltó una risita mientras sentía las lágrimas nublar su vista una vez más. Sorbiendo su nariz no pudo evitar sentir su pecho llenarse de calidez.

- Usted también debió esperar un mejor candidato para alguien tan especial como su hijo- Hyunjin hizo una mueca lamentable-. Yo tampoco me creí una buena opción para un ángel, ¿una mala broma, cierto?. El demonio persiguiendo al ángel. De igual manera, siento que en todo lo bueno hay algo malo, y en todo lo malo hay algo bueno; Jeonginnie es la única cosa buena que tengo, y yo soy lo único malo que él tiene...usted no cree, ¿qué podemos complementar tan bien?.