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Hyunjin se encontraba recargado sobre su auto, esperando paciente a Jeongin parlotear sin parar junto a su amigo Kim Seungmin dentro del jardín de la residencia Bang. Había venido a buscarlo luego de haber matado a Song Kangho algo ansioso al saber que el menor había salido sin su presencia de la mansión.

Luego de haber escuchado las palabras del alfa en aquel edificio abandonado se encontraba alerta, nervioso hasta con la sola presencia de su ángel lejos de él, y eso que solo había pasado tres horas de haberse enterado de las intensiones de sus socios.

Socio que ni siquiera sabía su identidad.

Y ahora se encontraba a la espera de que Jeongin se ponga al día con su amigo. Jeongin no había notado su presencia aún, el alfa había decidido despedir al guardia que lo había traído y esperar para ser él quien regrese con su ángel, de seguro el omega esperaba que al salir se encontraría con todos menos con Hyunjin.

Y mientras esperaba observaba a Jeongin desde lejos, reír y tapar su rostro con sus dedos largos y delicados cada que se sentía tímido, su piel lechosa y suave luciendo gracias al agradable clima soleado y cálido, llevaba puesto un suéter blanco con cuello alto y unos pantalones del mismo color y flojos, Hyunjin sentía su corazón acelerarse cada que el menor reía y sus labios totalmente rosados resaltaban gracias a su piel y su vestimenta blanca.

Cada que trataba de convencerse de que no podía ser, Yang Jeongin volvía a lucir como un precioso ángel.

Cada que Jeongin le hablaba, sentía su voz demasiado encantador, cada que lo mirada podía observar sus orbes brillantes como las estrellas, y cada que Yang Jeongin simplemente existía, Hyunjin podía observar un destello de luz en su podrida vida.

Y Hyunjin estaba comenzando a temer, dudar, ¿por qué Jeongin lo miraba a él?, no tenías que ser inteligente para saber que Hwang Hyunjin, no era precisamente el alfa a quien mirarías con interés, ni siquiera por su dinero.

Ningún omega quería un alfa jefe de una pandilla de mafiosos quien asesinó a ya más de 10mil personas y además de eso, tiene complejo posesivo tirando al lado animal.

Finalizando que era seguro que tenía sus días contados para quien sea su futuro asesino.

Por qué Hyunjin conocía bastante bien el destino de esa vida.

Morir en cuanto menos te los esperes, de la manera más inimaginable y en manos de quien menos creas.

Y Hyunjin desde que había visto a Yang Jeongin, deseaba con todo su ser que ese día aún esté lejos, deseaba pasar tanto tiempo que pueda con su ángel y poder despedirse luego de estar cien por ciento seguro de que Yang Jeongin vivirá el resto de sus días en paz.

Hwang Hyunjin se aseguraría de eso, con o sin él.

El alfa relajo su postura defensiva cuando observo a su ángel despedirse de Kim Seungmin y caminar con tranquilid por el pasillo pequeño del jardín hasta la reja.

Fue cuestión de segundos para que sus ojos se miraran el uno al otro y las del omega brillen de la sorpresa y la ilusión mientras sonreía brillantemente.

Hyunjin se sintió incómodo por tantas emociones que lo asaltaron cuando vio al menor saltar felizmente hacia él y dejar que su cuerpo choque contra el suyo.

Estaba bastante perdido, Hyunjin lo sabía.

Sus brazos envolvieron la cintura del menor, sintiendo sus manos tímidas apoyarse a su torso quedando así ambos al sustento de su auto. El menor soltó una risita cuando los labios del alfa se apoyaron en su frente y podían sentir perfectamente como sus aromas se mezclaban en su presencia.

Melifluo | Hyunin #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora