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El día nublado ese día parecía solo darle un aspecto más tétrico a la casa. Con el reflejo de los árboles meciéndose afuera y filtrándose por los cristales de la casa, la oscuridad ya estaba por hacerse presente, incluso con el cielo tan opaco parecía ya estar ahí.

Y como un animal asustado Jisung se abrazaba en un rincón de su cama.

Observaba la puerta como si en cualquier momento Minho entraría y diría: "Levántate Jisung, te daré mi virginidad".

Jisung fue consciente de que le asustaba la idea, le aterraba a niveles inimaginables. ¡Por qué o sino no abría otra razón por la su corazón se acelere como si le fuera a dar un infarto y su cuerpo ardiera del calor!.

Desde aquel beso...inocente hace dos días; Jisung y Minho se habían cruzado solo una vez. Y fue de lo más extraño y vergonzoso para el omega quien se froto como un gusano contra la pared para no rozar al mayor y llegar a salvo a la cocina.

Y lo supo, sabía que Minho lo miró en todo momento, tal vez apropósito o sin poder evitarlo. Pero las ganas de golpearlo y huir por su vida no le faltaron.

Sin embargo sabía que no daría ni un paso sin que Minho lo tome del tobillo, y no precisamente para volver a robarle un beso.

Así que desde ese cruce no había vuelto a salir de su habitación con el alfa merodeando, estaba seguro que si lo hacía sus piernas le fallarían. Y solo tenía que admitirlo ya, él nunca fue así, su mente era un completo desastre desde ese beso, su cuerpo reaccionaba de forma extraña y a Jisung le asustaba.

Su meta de conseguir sugar y huir se veía más lejana por cada día que pasaba junto a Minho.

Así que un plan estaba formándose en su cabecita desde esa mañana.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por unos pasos en el pasillo. Jisung rápidamente tomó las sábanas y se tapó con ellas hasta la cabeza, dejándose caer sobre las suaves almohadas, fingiendo dormir mientras su cuerpo temblaba con su respiración agitada.

Tan inteligente.

Su alma casi se fue a visitar el otro mundo cuando alguien golpeó la puerta con firmeza.

Y no sería ninguno de los gatos claramente.

No dijo nada, espero que Minho crea que dormía y se vaya de una vez. Sin embargo eso no fue necesario.

- Jisung, iré a trabajar ahora. Ya puedes salir- oh maldito, hubo un toque de burla en su voz que dejó a Jisung más tieso que el pan de su antigua casa.

Pero cuando los pasos se alejaron Jisung alejó los nervios y se enderezó de golpe.

Parece que su plan se llevaría a cabo ahora.

Poniéndose de pie corrió hasta la puerta y lo abrió de la manera más silenciosa y lenta posible. Sacando su cabeza observo al final del pasillo en la puerta principal a Minho salir sin mirar atrás y cerrar la puerta detrás de él.

Tomo aire y rezó a la santa papaya para poder llevar a cabo su plan con éxito.

Salió de su habitación de una vez, se movió por las habitaciones en puntillas, como si Minho ya en su auto escuchara al omega correteando por su casa sin su presencia. Y casi temblando de los nervios Jisung se detuvo en medio del pasillo.

Frente a la habitación de Minho.

Y es por eso que necesitaba la bendición de alguien más que la santa papaya para que Minho no le pille en medio acto de invasión a su privacidad.

Melifluo | Hyunin #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora