Melifluo | Hyunin #1

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La habitación se encontraba en total oscuridad, sus ojos observando en un silencio sepulcral el techo, no era muy consciente de a que temperatura se encontraba el cuarto, pero por alguna razón sentía frío, tanto frío que su cuerpo se estremeció cuando su mano cayó sobre su nuca, sus dedos helados haciendo contacto con lo cálido de su cuello.

Sin embargo tan rápido como levantó la mano no tardo en bajarlo de golpe al escuchar la puerta abrirse con brusquedad a metros suyo.

Y fue como si no estuviera en su cuerpo, aquel miedo escalofriante que lo recorrió lo hizo confundirse, era como saber que las sensaciones estaban ahí pero no fue capaz de manejarlos.

No pudo pensarlo, no pudo razonar cuando su aliento se atasco al encontrarse con aquella mujer frente a la puerta, un escalofrío recorriendo su cuerpo de manera desagradable al recibir una de sus miradas frías y furiosas.

¿Por qué Hwang Jinah estaba ahí de nuevo?.

Él la había matado, ¿entonces por qué?.

Sin embargo no pudo cuestionarse más, por que Jinah volvía a subir a la cama, gateando hasta él, pudiendo sentir su calor, sus manos tocar su cuerpo, robándole el aliento en pánico y causando que su corazón se acelere aterrado.

Lo último que pudo apreciar fue el rostro de esa mujer a centímetros suyo.

Y de nuevo la oscuridad lo consumió, para segundos después abrir los ojos de golpe.

Esta vez su cuerpo se sentía más vivido, sintiendo el sudor recorrer su piel y el alivio llenar su corazón cuando no alló oscuridad, sus ojos encontrándose con la mirada preocupada de Hyunjin frente suyo.

Parpadeando intento entender, había soñado algo, pero al intentar recordar su mente rápidamente bloqueaba opciones, bien, eso era normal. Solo que el escalofrío aun cruzaba por su cuerpo por el susto.

Definitivamente un mal sueño.

- ¿Estás bien, ángel?- Jeongin remojo sus labios, observando en silencio a Hyunjin tomándose su tiempo para recordar su posición.

Su primer instinto fue llevar la mano en su cuello. Sus dedos algo temblorosos posándose sobre su caliente piel, y fue como si nunca hubiera habido una herida que lo hizo desmayar del dolor. La piel se sintió cálida, liza, cosquilleante, la descarga de sentimientos electrizantes instalándose en su pecho en el mismo momento que Hyunjin mordió su labio inferior con la emoción perceptible en su rostro.

El alfa sonrió suavemente, observando los ojos del omega llenarse de lágrimas, sintiéndolo emocionarse, oliendo aquel aroma que ahora parecía confirmarle tan bien sus emociones.

Jeongin gimió feliz, lanzándose sobre el alfa comenzó a dejar besos por todo su rostro, ignorando los malestares físicos mientras comenzaba a llorar, su pecho llenándose de la felicidad del alfa y la propia, escuchando a Hyunjin reír mientras sus brazos envolvían su cintura.

- Alfa, alfa, alfa- era música para sus oídos, Hyunjin escuchando al omega llamarlo con pequeños lloriqueos, su rostro frotándose sobre su pecho y comenzando a ronronear-. Mi alfa, mío, mío, mío.

Hyunjin acepto la exigencia, sus manos sosteniendo el rostro del omega cuando este no dejo de frotarse sobre su piel. Soltó un pequeño gruñido cuando el menor mordió su labio inferior, sus labios sin dejar de pasar por su rostro y el alfa sin atreverse a alejarlo y lastimarlo.

Las ganas de reír volvieron a invadirlo, Jeongin los observaba con los ojos tan brillantes y el rostro sonrojado, sus manos aferrándose a su muñeca y comenzando a besar la palma de su mano repetidas veces.