42

3.6K 235 258
                                    

IVÁN

Se ha ido... Otra puta vez.

Dejé que volviera aun cuando hace tres meses le dije que si se marchaba sería para siempre. Pisoteé mi orgullo y mi arrogancia al dejar que volviera. Arrastré por los suelos mis principios cuando accedí a que viviera bajo mi techo con total libertad y se ha vuelto a reír de mí al irse. ¿Qué clase de gilipollas soy? ¿Desde cuándo dejo que se rían en mi cara?

Jess ha estado burlándose de mí desde que la traje por primera vez. Creía que podría hacer lo que le diera la gana siempre. Se follaba a Hache cuando se le antojaba y trataba a mis hombres como si fueran los suyos. Adoptó una confianza con todos que nadie le permitió tomar y cuando acepté que me gustaba ese comportamiento se fue. No conformándose con eso, se marchó una segunda vez cuando me rebajé a aceptar que estar con Hache, quizá, le haría feliz; precisamente por eso la dejé volver.

Intenté ser una buena persona y no me metí en la relación que ambos tenían a pesar de hervir en celos por no ser yo quien se metiera entre sus piernas. Permití a Hache ser feliz por una vez y poder tomar la decisión de traerla porque dejar que se fuera con ella no era una opción. Me mantuve callado. Me alejé de ella incluso cuando su presencia me instaba a cogerla del cuello y estampar mis labios en los suyos. Intenté consolarla cuando la descubrí en la terraza llorando a mares porque creí que lo necesitaba y ¿de qué me sirvió? Ser bueno nunca me ha resultado con ella porque ni siquiera tratando de ser como Hache me eligió, prefirió marcharse otra puta vez.

¿Por qué me quedé con ella cuando la pillé llorando? ¿Por qué intenté ser ese salvavidas al que aferrarse cuando su vida está hecha un caos? ¿Por qué cojones duele tanto que se marchara?

—Soy Jess y ahora no estoy a gusto aquí y me voy. Oh, me lo he pensado mejor y quiero volver, pero me agobio rápido y quiero irme otra vez —me burlo, arrastrando las palabras y poniendo voz aguda.

Doy otro trago al whisky y lanzo el vaso a la pared mientras continúo caminando por el pasillo. Ni siquiera sé a dónde me dirijo, pero es mejor que estar quieto pensando una y otra vez en ella.

Estoy borracho, sí. A partir de esta mañana he empezado a beber y todavía no me he cansado. Es mejor ahogar este sentimiento de rabia en alcohol que experimentar el dolor de la partida de alguien importante. Es mejor darme hostias contra las paredes al caminar que sentir los celos provocados por la derrota.

—Señor... —la voz de Ele hace que me gire con dificultad para mirarle con una expresión de desprecio total.

—Ahora no —le interrumpo, arrastrando las palabras.

—Pero, señor...

—¡He dicho que ahora no!

Al dar media vuelta para continuar con mi camino sin sentido, mis pies se cruzan y por poco me caigo al suelo. Menos mal que la pared es firme porque si no...

Sigo mi ruta hacia ninguna parte pensando en cómo mierda he llegado a caer tan bajo, y encima por una mujer. Soy patético...

No le bastó con que la rescatara, eso no fue suficiente como para mantenerla a mi lado. ¡¿En qué puto momento se me ocurrió que era buena idea darle a elegir entre quedarse o irse?! La vi tan jodidamente mal que supe que marcharse sería bueno para ella pero, al mismo tiempo, no quería que se largase por muy molesta que fuera siempre, precisamente por eso le hice escoger. Debí tenerla retenida al igual que antes. Debí obligarla a vivir aquí. Todo por intentar empatizar con ella.

De nada me ha servido ser bueno con Jess.

Entendí que perder a su padre de esa manera era duro para ella. Entendí que quisiera alejarse para poder recuperarse de las heridas, pero aún así no he sabido hacer las cosas bien porque cuando volvió no me hizo ni caso. ¿Esa era mi puta esperanza?¿esperar que ella me dijera que me amaba y que me elegía a mí? Soy un puto gilipollas...

Riesgos TentadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora