Dulce Caos

20. ¿Gustarme?

Alicia e Irina resultaron llevarse bien, como pensé, después de clases invité a la pelirroja a mi casa para hacer un taller que teníamos entre los deberes, íbamos a ir por un café y nos cruzamos con Alicia en la recepción, las presenté y es como si se conocieran de toda la vida, ambas van a terminar con mis energías en poco tiempo pero me dejo arrastrar por ellas hacia el parque, hasta Tomy parece ser más calmado que el par de muchachas.

— ¡Tráela! — Irina arroja una pelota hacia el frente y enseguida mi perro corre a buscarla, pronto se convierte en un juego que solo acabará cuando alguno de los dos termine exhausto para seguir

— ¿Algodón? — Alicia aparece a mi lado extendiendo hacia mi un algodón de azúcar rosado, sonrío en respuesta aceptándolo, ella se sienta a mi lado comiéndose uno azul y deja otro rosa en su regazo para Irina — Tomy la enamoró

— es un rompe corazones — me burlo porque las Villarreal también aman al perro de ojos lindos, el dulce se deshace dentro de mi boca con una sensación placentera, amo comer dulces más que cualquier otra cosa

Irina termina cansada antes que Tomy, se deja caer en el prado a mi lado de manera dramática haciendo que sus ondas rojas se despeinen, le doy una botella de agua de la que queda media gracias a Alicia y la bebe en un par de tragos, el perro llega a nosotras y se acuesta sobre su barriga para seguir mordiendo la pelota, la pelirroja recibe el algodón como una niña pequeña y no tarda en llenarse la boca como ardilla.

Se me hace familiar.

— ¿Eres novia de Damien? — pregunta Alicia hacia mi haciendo que la observe pérdida mientras meto más algodón de azúcar dentro de mi boca — ¡Algo pasa entre ustedes, Nia! Siempre están juntos, te lleva a la universidad en las mañanas hace más de una semana, sonríen como tontos y él procura cuidarte de tus accidentes cotidianos

— ¿Y es lindo? — curiosea Irina, mis mejillas compiten con el color del cabello de ella ahora mismo

— es un bombón, incluso es varios años mayor que nosotras — le cuenta la morena con una sonrisa de autosuficiencia, quiero huir de su interrogatorio pero ellas no van a dejar que lo haga ni aunque se toquen ahora mismo las trompetas del apocalipsis

— no somos novios — admito en tono bajito clavando la mirada en el algodón a medio comer — nos conocemos hace poco más de dos meses

— ¿Y eso que importa? — Irina se ríe mirándome maravillada por la idea de que esté por tener alguna relación amorosa — ni el tiempo, la edad, la religión, el género, la raza o el aspecto físico influirá en las decisiones del corazón

— ¿Te gusta Damien? — la pregunta de Alicia me toma por sorpresa

Irina tiene razón en su ideal sobre los factores que no deben inmiscuirse en el desarrollo de una relación, de amigos o bien de pareja, pero eso no quiere decir que todo el mundo piense de la misma manera, temo que sea mal visto que Damien salga con una chica menor y no tan bonita o que él quiera realmente algo serio conmigo. ¿Gustarme? Damien es muy apuesto, así que atracción física hay, pero más que eso existen muchos detalles que provocan que quiera estar revoloteando a su alrededor cual polilla con una fuente de luz, su amabilidad, la manera en la que me sonríe, como toma mi mano de la nada solo para sostenerla, el que se preocupe por llevarme cada mañana, sus ojos brillantes ante la más mínima luz e incluso la forma en la me llama abeja.

— creo que si — respondo en un susurro cohibido y vuelvo a llenarme la boca con algodón solamente para no tener que hablar más

— ¡Harían una pareja preciosa! — chilla Alicia con los ojos brillantes porque de seguro su cabeza está imaginando hasta el matrimonio — ojalá se conviertan en algo más

— team Damnia — menciona Irina mirando hacia el cielo despejado como si pensara — soy mala pensando en nombres, pero me agrada ese

— oh ya basta — suplico sonrojada porque hablar sobre mis sentimientos por el chef me hace sentir nerviosa y con el corazón revoloteando cual mariposa recién salida del capullo — olvídense de eso ya

— solo lo haremos porque de hacer otra pregunta tus mejillas se convertirían en cerezas maduras — menciona Irina con burla haciendo que irremediablemente las tres tengamos que soltarnos a reír porque es verdad, mis mejillas están calientes con el tema

Cuando se está haciendo tarde acompañamos a Irina por un taxi, después la ojiverde, Tomy y yo caminamos de regreso al edificio donde vivimos, Alicia lleva sujeta la correa del perro que jugó tanto que está caminando a nuestro mismo paso sin tratar de adelantarnos, mi brazo está enganchado al suyo por mera costumbre. Al llegar encontramos a Alma y Bob repartiendo galletas en la recepción para celebrar el nacimiento de la nieta de Ryan, Alicia y yo nos unimos a la mini celebración.

— serás un abuelo estupendo — comenta Alicia con una galleta de avena en la mano y un vaso desechable con refresco de uva en la otra — ensayaste durante años con Nia, Lote y yo

— buen punto — opino mientras los demás ríen, Ryan nos ha visto crecer y muchas veces nos ha cubierto travesuras y faltas o brindado un abrazo de consuelo

— ¿Están celebrando? — la voz de Sergio hace que gire a verlo

Estoy sentada en el escritorio gracias a que Bob ocupa la silla, mi mano derecha sujeta la correa de Tomy y la izquierda una galleta de vainilla con chips de chocolate, definitivamente estoy segura que Damien nunca tendrá una visión normal de mi, siempre aparece de la nada cuando estoy portandome como niña, Alma informa el motivo de celebración mientras Alicia me da una mirada sugestiva al ver al rubio acercase a mi.

Me sonrojo y opto por ignorarla.

— felicidades, hombre — Damien abraza a Ryan dándole palmadas en la espalda, él agradece sin parar de sonreír

Mientras Sergio felicita animadamente al nuevo abuelo Damien llega hasta mi, besa mi mejilla como un acto natural y pone un brazo alrededor de mi cintura aún cuando estoy sentada, finjo no notar ese detalle y me lleno la boca con galleta.

¿Gustarme? Joder si.