- ¡Para! - grito asustada al darme cuenta de que mi tía está destrozando todo lo que se atraviesa en su camino, incluso las decoraciones que tanto cuida normalmente - ¡Detente! ¡Monett!
- ¡Él se va a casar con otra! - chilla y entiendo que se refiere a Jacobo, Tomy corre a refugiarse detrás del sofá y su movimiento atrae mi atención por lo que no me doy cuenta que una de las direcciones al azar que elige Monett sin darse cuenta para tirar un florero es el sitio donde estoy parada
Grito poniendo los brazos para que el objeto no impacte mi rostro, Monett se da cuenta de lo que ha hecho cuando el florero se rompe y un trozo de la porcelana se incrusta en mi brazo, pronto tengo la camisa llena de sangre y estoy llorando porque duele, mi tía grita mi nombre corriendo hacia mi.
- dios mío, Katania, perdóname por favor, no quise lastimarte - ella llora asustada totalmente en pánico
- Moni cálmate, fue un accidente, tenemos que ir al hospital - le pido tratando de mantenerle calmada pero mareada por tanta sangre saliendo de mi brazo
Monett me lleva en su auto a la sala de urgencias, no deja de morderse las uñas mientras el amable doctor me advierte que me va a doler y yo le suplico casi llorando que use anestesia para coser la piel, accede después de mi tercera petición. El doctor limpia y desinfecta la herida después de detener el sangrado, me pone siete puntos y los cubre con un cuadro de gasa antiséptica para que no vaya a caerle polvo o partículas de ninguna clase. La herida está situada en el brazo izquierdo, algunos centímetros debajo del codo hacia la muñeca, por el costado dónde está el dedo meñique, me dan analgésicos para cuando la anestesia se termine en mi cuerpo y me dicen cuando he de regresar para quitarme los puntos.
De regreso al pequeño auto de Monett ella se echa a llorar, asustada, avergonzada y arrepentida de su arrebato, no puedo enojarme con ella, no cuando estuvo más de cinco años junto a una persona dándole todo de sí misma y ahora aparece diciendo que va a ir al altar con una mujer que no es ella, Monett tiene todo el derecho de quebrarse, todos tenemos un punto de quiebre y mi adorada tía a llegado al suyo al fin.
La dejo llorar, estamos juntas en el estacionamiento del hospital, mi camisa rosa está manchada con mi propia sangre y huele a ambientador barato de fresa pero el ambiente es perfecto para que mi tía desahogue su alma, el dolor que lleva años cargando por tratar de ser fuerte para la sobrina que la vida le dio para cuidar, sin embargo, ya no soy una niña, ahora puedo ser su soporte y quitarle varias cargas, llevar el peso entre las dos porque somos un equipo, somos familia. Y ella lo sabe muy bien.
- ¿Me perdonas? - me pregunta cuando ha dejado de llorar, tiene la nariz roja y los ojos irritados
- fue un accidente, tía Moni - le sonrío y señalo mi brazo aún dormido por la anestesia - sigo completa, ¿Ves?
- no quise hacerte daño - insiste en el tema con un puchero lastimero en su bonito rostro
- ya lo se, ahora vamos a casa - ante mi calma ella sonríe y enciende el motor empezando a conducir hacia el edificio
El camino es silencioso a excepción de la música romántica que sale de la radio del auto, sin embargo, el ambiente no es incómodo, entre Monett y yo nunca han habido problemas reales que duren más de treinta minutos así que dejamos mi herida como un suceso accidental y con eso la chantajeo para que me compre comida china. Cuando llegamos a casa ella baja con las bolsas de la comida y yo que ya siento el brazo me bajo con tanto cuidado como pueda tener mi cuerpo, fue una suerte que cuando saliéramos Ryan estaba en el baño así que nadie nos vio pero ahora mismo el guardia de seguridad esta hablando animadamente con Bob.
- ¡Niña! - exclama con sopresa Bob mirando mi camisa y no mi brazo, definitivamente la sangre es muy escandalosa y atrae la atención enseguida
- estoy bien, lo prometo - hablo haciendo un puchero que me hace ganar un abrazo de ambos hombres, incluso Monett termina siendo atrapada entre tanto cariño
- ¿Qué te sucedió? - Ryan cuestiona tomando mis manos para poder analizar mis brazos, el derecho tiene un notorio hematoma y el izquierdo el corte que es rodeado por otro morado, el golpe fue más fuerte de lo que pareció, suerte que tengo bueno reflejos
- fue un accidente - respondo al ver que Monett baja la mirada nerviosa, pobre, adivino que no quiere que vea el desastre que hizo - sube tía, te alcanzaré en un momento
- niña, parece que pusiste los brazos para defenderte de algo - Ryan mira los hematomas con seriedad, suspiro porque mis mentiras son tan malas que ni yo me las creo
- algo así - respondo sentándome en el borde del escritorio, Bob sirve para mí chocolate caliente de su termo en una taza de porcelana azul y me extiende - gracias, ¿Se dan cuenta que siempre estoy herida físicamente?
- eres un huracán - bufa Bob pasando las manos por su cabello canoso, debe adivinar que fue Monett pero se calla y dice que Alma lo espera para cenar así que nos despedimos de abrazo y se marcha a su casa
- ¿En serio estás bien? - Ryan me mira preocupado mientras yo soplo el chocolate para no quemarme la lengua
- no te angusties, estoy acostumbrada a visitar el hospital - le guiño un ojo causando que sonría bajando la tensión del ambiente, Ryan suspira, está acostumbrado a como soy y sabe que no tengo remedio
Monett llegó a su punto de quiebre y tardó en hacerlo, pero después de que uno llega a ese fondo todo lo que puede hacer es empezar a subir.
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Dulce Caos
RomanceDamien Montenegro es un chef reconocido, dueño de un restaurante importante de la ciudad, cuando se muda a un pequeño edificio de apartamentos lo último que espera es cruzarse con un huracán como Katania Faradhay, una universitaria siete años menor...