Noviembre voló tan rápido que cuando quise darme cuenta de la fecha que marcaba el calendario de mi teléfono ya estábamos en el último día de clases del semestre, Irina se la pasó toda la mañana cantando con fuerza libre soy de Frozen, incluso se llevó una regañada del profesor Fernando pero eso no detuvo su emoción, a la salida mi padre nos recogió para llevarnos a almorzar como celebración por haber sobrevivido a todo el ciclo escolar pese a los exámenes, peleas y hasta las arañas salvajes, pasamos por las Villarreal al instituto de Charlotte y así el auto se lleno de risas estridentes y voces desafinadas que intentaban cantar cada canción que sonaba de la radio, una emisora que jamás había escuchado.
Las últimas semanas fueron ocupadas, el juicio de Gideon se resolvió con un veredicto que lo declaró culpable y le condenaron a varios años de prisión, sus influencias consiguieron para él casa por cárcel pero me doy por satisfecha al recordar lo atormentado que estaba la vez que hablamos, los fantasmas de su pecado lo perseguirán para atormentarlo donde sea que esté, Sergio iba cada vez mejor con su bufete convirtiéndose en el orgullo de sus padres y todos nosotros, incluso Damien había logrado abrir una nueva sucursal del Ilusión en la parte alta de la ciudad.
Todo parecía ir bien pese a los problemas cotidianos de cada día.
— ¡Pollo! — chilló Irina señalando a través de la ventanilla un asadero, el olor que desprendía hizo sonar mi estómago
— pollo será — sonrió mi padre deteniendo el auto junto a la acera, enseguida tuvo cuatro ansiosas chicas rodeándolo, mis amigas se habían hecho muy unidas a él últimamente
— oigan, Josué y yo somos novios — avisó Alicia cuando ya nos habíamos acomodado en una mesa para seis y el pollo estaba sobre esta, nosotras chillamos emocionadas y mi padre niega con la cabeza divertido por el escándalo
— solo falto yo, porque Irina y Giancarlo tienen cuento — Charlotte se burla antes de morder una pierna de pollo
— estás muy chiquita para eso — reprime Alicia peleándose con Irina por un ala del pollo, mi padre parece feliz de estar rodeado de tanta loca
— además Gian y yo no somos nada... Aún — Irina enrojece al hablar y sus mejillas compiten con el color de su cabello — bueno ya, ¡A comer!
Los siguientes minutos es un caos entre risas y reclamos por quién se come cual parte del pollo asado, incluso Charlotte termina con salsa de tomate sobre su abrigo e Irina derrama parte de su refresco en su falda por intentar quitarme una papa frita, a pesar de los contratiempos el almuerzo es divertido y todos terminamos con el estómago lleno, sobretodo Irina que no se donde le cabe tanta comida en ese cuerpo tan pequeño.
Su estómago debe ser un agujero negro.
Papá lleva a la pelirroja hasta su casa, ella agradece animada antes de besar la mejilla de todos y bajarse del auto para correr hasta la puerta de su casa, le decimos adiós con la mano a través de las ventanillas sin quitar las sonrisas, después vamos hasta el edificio encontrándonos a Monett junto a Tomy en la recepción charlando sobre tendencias de moda con Alma, mi perro corre feliz hacia al verme y me agacho para acariciarle las orejas mientras le hablo como si fuese un niño de dos años.
— damas — saluda papá hacia mi tía y la dueña del edificio, los tres se enfrascan en una conversación sobre sabrán ellos que cosa
— el matrimonio de Monett es en solo semanas — me recuerda Alicia cuando las tres y Tomy nos acomodamos en el césped del jardín, el perro se echa con las patas hacia arriba para que le rasquemos la barriga
— primero es el cumpleaños de Nia — informa Charlotte con las manos ocupadas sobre Tomy que está totalmente perdido entre la atención de la niña
— ni lo menciones, Moni está invitando a medio planeta a mi cumpleaños — me río recordando que mi tía hizo invitaciones hasta para los padres de Sergio, insiste en que siendo la primera vez que celebremos mi cumpleaños no solo las dos debe ser especial
— será divertido, incluso ya compré tu regalo — la ojiverde me guiña un ojo con una sonrisa emocionada — además, mereces un poco de calma después de tanta locura
— eso contando con que no te accidentes antes de la fiesta — opina Lote ganando la risa de todas, lo peor es que sabemos que eso es muy probable que ocurra porque hablamos de mi — el punto es, todo esta bien ahora
— ¿Quién es ella? — la morena señala hacia la calle donde la inesperada visita de Nicoletta me sorprende
— vuelvo en un segundo — aviso dejándolas con Tomy y caminando hacia la acera donde la pelinegra yace mirando hacia el suelo — Nicoletta
— Katania... Perdóname — pide cruzando la mirada con la mía, sus ojos están húmedos — fui una idiota y perdí a mi mejor amiga de toda la vida por un imbécil que no valía la pena, no merecíamos terminar así
— es un poco tarde ya, Niki — sonrío levemente rememorando aquel viejo apodo que yo solía decirle
— teníamos magia — dice abrazándose a si misma, entiendo entonces que está completamente sola, los rumores de que Adam la dejó deben ser reales — ¿No hay posibilidad?
— si quieres mi perdón lo tienes pero ya no cabes en mi vida — pongo una mano sobre su hombro con suavidad, ella me mira rogativa pero la magia de la que habla se esfumó hace tiempo — lo siento Nicoletta, pero tú me enseñaste a ponerme de pie y empezar de cero, gracias a ti pude hacer amigas reales y espero de corazón que encuentres tu lugar ahora que estás sola y puedes pensar en lo que deseas
— siempre supiste que decir en el momento indicado — suspira sonriendo con nostalgia — de verdad lamento que termináramos así, tal vez en otra vida podamos cumplir nuestras promesas
— apuesto a que si — sonrío tan llorosa como ella, nos abrazamos con fuerza dejándo que un par de lágrimas se escapen llevándose con ellas los últimos lazos que nos unían, para siempre — adiós, Niki
— adiós, Kati — me responde antes de que separemos el abrazo, ella se limpia las mejillas dándome una última sonrisa y se marcha por la acera sin mirar atrás ni una sola vez
Adiós a mi hermana de la infancia, a la chica que amé con todo mi corazón, a la que me hizo daño y a la que me pidió perdón, adiós a mi mejor amiga.
Adiós para siempre, Nicoletta.
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Dulce Caos
Roman d'amourDamien Montenegro es un chef reconocido, dueño de un restaurante importante de la ciudad, cuando se muda a un pequeño edificio de apartamentos lo último que espera es cruzarse con un huracán como Katania Faradhay, una universitaria siete años menor...