Cena.
Parte 2.
Mis manos comenzaron a sudar e intenté mantener la calma.
- Es la primera vez que cocinamos juntos así que esperamos que les guste –anunció Heather mientras comenzaba a servir. Observé el vino que se encontraba enfrente mío, lo tomé para llenar mi copa. Joe que estaba enfrente de mí me miró extrañado y yo hundí mis labios en la bebida bordo. El perfume de Hunt estaba desestabilizandome y no pude hacer más que concentrarme en como mi amiga servía la comida. El pavo se veía perfectamente dorado por fuera y junto a la guarnición de papás parecía sacado de revista.
Terminó de servir a cada invitado y cuando se sentó me acerqué a su oído.
- ¿Cambiamos de lugares? –pregunté. Ella giró a verme y luego miró más allá de mí.
- Yo creo que estas perfecta ahí –rodé los ojos y volví a mi plato. Mi estómago estaba cerrado, apenas podía comer lo que tenía enfrente, eso sí, la copa se vaciaba sin parar.
- ¿Ya hay fecha de boda? –preguntó Lion haciendo que mi vista girara a mi amiga. Ella sonrió con las mejillas rosadas para luego mirar a Romano quien se encontraba en la cabeza de la mesa.
- Es muy pronto para hablar de eso –advirtió. Respiré.
- Pero no es algo imposible –agregó Romano antes de tomar un sorbo de vino. Heather apretó mi mano conteniendo la emoción y los comentarios de ánimo no tardaron en llegar. Intenté no rodar los ojos y acerqué la copa de vino a mi boca. Mi gran pregunta era ¿Cómo hacían para que no los sancionaran en la agencia?
Allison estaba en la otra esquina de la mesa, por ende, cerca de Hunt a quien parecía hablarle de algo.
- Me gusta tu nueva casa –le dije a mi amiga- Aunque falta tu toque personal.
- Si, lo sé, de apoco voy cambiando algunas cosas –se achicó de hombros- Tengo que reconocer que la que llegó soy yo y no él –miré a Romano, él nos observaba con atención ¿Tanta desconfianza me tenía?
- Felicidades por el departamento, es muy lindo –comenté a Romano. Él apenas me miró y bajo su vista a la comida ¿Es que nunca me va a hablar o qué? Estúpido. Volví a mi comida y tragué un pedazo de pavo, estaba rico. Llené mi copa nuevamente.
- Y ¿ustedes? –preguntó Romano- ¿En qué andan? ¿Son pareja o todavía no? –estar en medio de la mesa era una cuestión de rotar la cabeza de un lado a otro para poder escuchar a las personas hablar. Allison se acomodó en el asiento y puso su mano arriba de la Hunt, tragué saliva y me preparé para lo peor.
Ella sonrió mostrando sus dientes blancos.
- Estamos en algo –su vista pasó de Romano a mí en cuestión de milésimas de segundos. Giré mi vista a Joe necesitaba distraerme. Él comía sin prestar atención a la charla ¿Cómo hace para abstraerse de la conversación? Ojalá pudiera hacer lo mismo. Recordé el buen apetito que solía tener estando de novios y no pude evitar sonreír. Siempre pedía comida para él como si fueran dos personas, solía decir que una porción era para él y la otra para su otro yo.
Revolví la guarnición de papas para distraerme y mordí mi labio intentando controlar la risa que me provocó el recuerdo.
- ¿Y esa sonrisa? –preguntó Allison. Salí de mis pensamientos y me di cuenta que toda la mesa me observaba, incluso Joe.
- ¿Qué? –intenté volverme seria empero una vez que algo me produce gracia, se vuelve un caso perdido. Tomé otro sorbo de vino y observé a Allison, parecía disgustada por algo.
ESTÁS LEYENDO
INFILTRADA: en el infierno. (En edición)
RomanceMia Davis es una agente especial del FBI que no se ha destacado en su corta instancia en la agencia de Washington DC., sin embargo, un allanamiento nocturno logra cambiar el rumbo de su carrera al hacerla protagonista de una investigación de gran ca...