Capítulo 20.

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Cena.

Parte 2.

Mis manos comenzaron a sudar e intenté mantener la calma.

- Es la primera vez que cocinamos juntos así que esperamos que les guste –anunció Heather mientras comenzaba a servir. Observé el vino que se encontraba enfrente mío, lo tomé para llenar mi copa. Joe que estaba enfrente de mí me miró extrañado y yo hundí mis labios en la bebida bordo. El perfume de Hunt estaba desestabilizandome y no pude hacer más que concentrarme en como mi amiga servía la comida. El pavo se veía perfectamente dorado por fuera y junto a la guarnición de papás parecía sacado de revista.

Terminó de servir a cada invitado y cuando se sentó me acerqué a su oído.

- ¿Cambiamos de lugares? –pregunté. Ella giró a verme y luego miró más allá de mí.

- Yo creo que estas perfecta ahí –rodé los ojos y volví a mi plato. Mi estómago estaba cerrado, apenas podía comer lo que tenía enfrente, eso sí, la copa se vaciaba sin parar.

- ¿Ya hay fecha de boda? –preguntó Lion haciendo que mi vista girara a mi amiga. Ella sonrió con las mejillas rosadas para luego mirar a Romano quien se encontraba en la cabeza de la mesa.

- Es muy pronto para hablar de eso –advirtió. Respiré.

- Pero no es algo imposible –agregó Romano antes de tomar un sorbo de vino. Heather apretó mi mano conteniendo la emoción y los comentarios de ánimo no tardaron en llegar. Intenté no rodar los ojos y acerqué la copa de vino a mi boca. Mi gran pregunta era ¿Cómo hacían para que no los sancionaran en la agencia?

Allison estaba en la otra esquina de la mesa, por ende, cerca de Hunt a quien parecía hablarle de algo.

- Me gusta tu nueva casa –le dije a mi amiga- Aunque falta tu toque personal.

- Si, lo sé, de apoco voy cambiando algunas cosas –se achicó de hombros- Tengo que reconocer que la que llegó soy yo y no él –miré a Romano, él nos observaba con atención ¿Tanta desconfianza me tenía?

- Felicidades por el departamento, es muy lindo –comenté a Romano. Él apenas me miró y bajo su vista a la comida ¿Es que nunca me va a hablar o qué? Estúpido. Volví a mi comida y tragué un pedazo de pavo, estaba rico. Llené mi copa nuevamente.

- Y ¿ustedes? –preguntó Romano- ¿En qué andan? ¿Son pareja o todavía no? –estar en medio de la mesa era una cuestión de rotar la cabeza de un lado a otro para poder escuchar a las personas hablar. Allison se acomodó en el asiento y puso su mano arriba de la Hunt, tragué saliva y me preparé para lo peor.

Ella sonrió mostrando sus dientes blancos.

- Estamos en algo –su vista pasó de Romano a mí en cuestión de milésimas de segundos. Giré mi vista a Joe necesitaba distraerme. Él comía sin prestar atención a la charla ¿Cómo hace para abstraerse de la conversación? Ojalá pudiera hacer lo mismo. Recordé el buen apetito que solía tener estando de novios y no pude evitar sonreír. Siempre pedía comida para él como si fueran dos personas, solía decir que una porción era para él y la otra para su otro yo.

Revolví la guarnición de papas para distraerme y mordí mi labio intentando controlar la risa que me provocó el recuerdo.

- ¿Y esa sonrisa? –preguntó Allison. Salí de mis pensamientos y me di cuenta que toda la mesa me observaba, incluso Joe.

- ¿Qué? –intenté volverme seria empero una vez que algo me produce gracia, se vuelve un caso perdido. Tomé otro sorbo de vino y observé a Allison, parecía disgustada por algo.

INFILTRADA: en el infierno. (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora