Capítulo 33.

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Bajé mi mirada cuando escuché unos pasos acercarse.

- Disculpe, me dijeron que la agente más linda me estaba esperando, es ¿usted, no? –preguntó coquetamente Levine. Eché a reír y lo esperé a que se acercara.

- ¿A dónde vamos a ir? –pregunté con una sonrisa.

- ¿Te gusta el cine?

La función ya había comenzado y el cine se encontraba bastante transcurrido. Nos colocamos en las butacas del medio y con dos tarros de palomitas presenciamos un filme de terror extremo. De vez en cuando pegaba un salto en el asiento, estaba segura que estas películas no fueron hechas para mí empero acá estaba dándomelas de valiente. Miré a Mike, él parecía pasarla bien.

- Es un horror –susurré mientras comía una palomita.

- Esa es la idea –retrucó con una sonrisa- ¿Queres que nos vayamos? –negué, volví mi vista a la pantalla. Joder, los scream son lo peor. Mike estiró su brazo disimuladamente, sabía lo que hacía y mi respuesta sería importante para lo que sea que estemos intentando. Disimuladamente me acerqué a él y me apoyé en su brazo, su perfume era agradable. Miré su rostro concentrado en la película, mis ojos lo recorrieron admirando la evidente belleza, era un buen chico y lo sabía, sin embargo, aunque anhelaba sentir algo por él mi cuota de sentimientos estaba agotada con Hunt y eso me exasperaba.

No puedo seguir así, tengo que olvidar a Connor Hunt. Intenté concentrarme en la película y olvidar al agente al mando.

La película terminó a las 11 pm y mis ojos no lograban procesar lo que habían visto.

- ¿Cómo te pueden gustar estas cosas? –interrogué. Él rio.

- Ni idea –nos subimos al auto- ¿Te llevo a tu casa? Imagino que estas cansada.

- Si –masajeé mis hombros, estaba contracturada por la tensión y nerviosismo de estos días- Suelo ser más divertida –advertí- Pero estos días no están siendo fáciles para mí.

- No te preocupes, yo la paso muy bien con tu faz pasiva y agresiva –reí. Este chico valía oro.

- Hacía tiempo que no iba al cine –comenté- Fue una muy buena idea, agente.

- Me alegro que la hayas pasado bien –giró a observarme, apenas correspondí su sonrisa, aunque trataba de olvidar a Hunt mi mente se negaba a ello.

Luego de unos minutos estacionó frente a mi edificio.

- No bajes todavía –pidió. Lo observé bajarse del auto y correr a abrir mi puerta, sonreí ante el gesto.

- Muy amable –cerró la puerta y me miró con sus manos en los bolsillos- Gracias Mike –lo observé por unos segundos, no sabía si debía besarlo o no, el momento se prestaba para ello empero lo cierto era que prefería ir despacio, de lo contrario, estaba segura que me arrepentiría. No quería lastimarlo y tampoco ilusionarlo.

Besé su mejilla.

- Que descanse, agente –nos despedimos. Había sido una linda noche y su compañía se me hacía agradable en todo sentido, no obstante, no era quien yo quería. Él espero a que me adentrara al edificio antes de irse.

- Jake ¿Cómo va la noche? –saludé. El muchacho miró hacia un lado y yo instintivamente lo seguí.

- Señorita, tiene visitas –abrí mi boca para intentar salir del asombro. Mi mente no terminaba de procesar la imagen, las dos personas se acercaron a mí con una gran sonrisa.

INFILTRADA: en el infierno. (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora