Capítulo 60.

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RECOMENDACIÓN

Al comenzar este capítulo aconsejo leer la letra de la canción y comprometerse con el sentimiento que implica amar a alguien y tener miedo a ser rechazado, a perderlo o a que simplemente, que nada sea como uno creía. 

"Quiero amor también" 

Luego, mantengan la canción de fondo en su lectura, los/as pondrá en mejor condiciones para llevarlo. 

"Quiero amor también"

-

-Podríamos pedir algo para comer –propuso. Asentí. Dejé las llaves en sus manos y acepté que condujera de vuelta a casa. Mi vista estaba en la ventanilla empañada.

-¿Sabes algo de Heather? –pregunté. La extrañaba y me encantaría contar con su presencia en estos momentos.

-No realmente –respondió- Desde que se separó de Romano sólo la veo en la agencia.

-¿Por qué Romano no quiere al bebé? –giré a verlo. Él conducía y lo admiré por un momento.

-No se lo pregunté –abrí mi boca atónita.

-¿No se supone que son amigos?

-Sí, pero yo no me meto en sus asuntos y él tampoco en los míos.

Mordí mi lengua y detuve todo tipo de respuesta. Llegamos al edificio con las bolsas de comida y mientras abría la puerta del departamento, él atendía un llamado de la agencia. Por su rostro podía notar que no eran buenas noticias.

Decidí comenzar a preparar los platos y al mismo tiempo, observar a Connor quien tenía la mirada algo perdida.

-¿Vino? –ofrecí. Él tomó la copa y sin determinarme, siguió pendiente de lo que le informaban. Finalicé el emplatado y lo llevé hasta la mesa ratona, en frente de la chimenea. Hunt estaba revisando algo en su laptop y por ello, decidí comenzar con la bebida. Le di un sorbo al líquido bordo y apoyé mi cabeza en el sillón, había decidido sentarme en la alfombra del piso, así el calor llegaba en abundancia, tenía las manos heladas.

Connor cortó la llamada y abrí mis ojos.

-¿Vamos a comer en el piso? –preguntó algo confundido.

-No lo llamaría comer en el piso, los platos están en la mesa –animé. Él negó con cierta sonrisa y se sentó en el piso, cerca de mí. Nuestros ojos se encontraron y decidí tomar la copa de vino- Leí la etiqueta, ¿es de tu familia?

Old Wine.

-Así es –afirmó tomando un plato de pasta con champiñones.

-Es delicioso –aseguré dándole otro sorbo. Las notas de madera de roble y un ligero picor por la pimienta hacían de la bebida algo explosivo y emocionante.

-No deberías tomar tanto, mañana es tu ingreso –rodé los ojos.

-Con mayor razón, salud –extendí mi copa y él la chocó cuando no tuvo otra opción.

Le di un bocado a mi pasta y volví a apoyar mi cabeza en el sillón.

-El cocinero de la Penitenciaria es un desastre –comenté- No entiendo cómo está ahí, es decir, yo podría cocinar mejor que él –Connor medio rio.

-Y ¿por qué ya no estás en la cocina? –llené mi boca del sabroso vino- Mia...

-¿Qué? Ya es cosa del pasado –él clavó sus ojos en mí- No te va a gustar el porqué, así que es mejor que lo ignores –enrollé la pasta en mi tenedor y volví a comer.

INFILTRADA: en el infierno. (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora