72 horas antes del ingreso a la Penitenciaria.
La mañana comenzó con un desayuno continental, mi familia parecía relajada de no tener que irse tan pronto y yo agradecía su presencia, de lo contrario, no hubiera logrado sobrellevar este momento.
Había avisado en la agencia que hoy iría por la tarde para mi encuentro con González y como las cintas de la Penitenciaria aún no habían llegado, algo que resultaba sospechoso, no pensaba hacer mucho más.
Almorzamos y descansamos para luego prepararme y hacer frente a mi último día de capacitación. Me bañé e intenté mentalizarme sobre la posibilidad de cruzarme con Hunt en la agencia, no sabría cómo iba a reaccionar, sólo sabía que lo de anoche había marcado un antes y un después en lo que sea que pasaba entre nosotros.
Antes de llegar a la agencia pasé por Starbucks, compré dos cafés y algunas donas para luego seguir camino. Adam me recibió en la recepción de la central y subí al tercer piso. Llegaba tarde a mi encuentro y medio corrí con las cosas en mis manos, estaba enfrente de la puerta de la sala de juntas y la empujé con mi cuerpo. Calvin González esperaba con cara de pocos amigos, miró mis manos cargadas de comida.
- Disculpa la demora, quise traer algo para celebrar nuestro última día soportándonos –él medio sonrió.
- Disculpas aceptadas –le extendí un café y puse las donas entre medio nuestro- El día de hoy vamos a practicar la técnica de aspiración, debemos reforzar ese aspecto –asentí- Y eso será todo.
El objeto, creación de nuestro equipo tecnológico, era pequeño y fácil de ocultar, sin embargo, sería mi elemento, mi única forma de acercarme a la cocaína sin ser atrapada por ella. Luego de formar líneas y líneas de algo parecido a la cocaína y de, en consecuencia, aspirar, apoyé mi espalda en la silla. Ya no sentía mi columna vertebral de tanto practicar la postura encorvaba de drogadicta.
- Otro punto fundamental que hoy practicaremos son los efectos de la cocaína –anunció luego de una hora de práctica. Joder, esto era humillante.
- ¿Queres que actúe enfrente tuyo? –pregunté incómoda. Sabía que debería fingir estando en la cárcel, pero eso sería frente a personas que no conocía y que creerían el cuento de que soy drogadicta, en cambio, Calvin sabía quién era y eso me exponía de alguna manera.
- No hay de otra, Blair –giré mi cuello en varias direcciones para descansarlo, estiré mis brazos, me puse de pie y caminé un poco. Debía concentrarme, antes de todo era una agente y este era mi trabajo- Desde el principio, agente, quiero ver cómo te drogas y cómo te afecta particularmente –rodé los ojos.
- No te pongas exigente que acá la que puede morir soy yo, no vos –él alzó las manos en son de paz y yo respiré varias veces antes de posicionarme en mi lugar. Él armo la línea de cocaína falsa y yo la observé más del tiempo del normal, quería hacer creer que realmente la deseaba y la necesitaba. Saqué mi objeto intentando no apartar la vista de lo que tenía enfrente.
- ¿Qué es eso, Blair? –preguntó Calvin. No lo miré, seguí concentrada en lo mío, en la falsa droga que me observaba lista para ser consumida.
- Es mi objeto de la suerte –respondí.
- ¿Me dejas verlo? –negué.
- Tal vez, luego –me abalancé sobre la droga y tapé un orificio de mi nariz para colocar el objeto en mi otra fosa nasal y apretando el dispositivo me deslicé sobre la línea dejando que el micro-aspirador silencioso la absorbiera. Apenas quedaba un pequeño polvillo de lo que había, algo que se asimilaba a los restos normales y corrientes de una aspiración. Esto funcionaba de maravilla.
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INFILTRADA: en el infierno. (En edición)
Storie d'amoreMia Davis es una agente especial del FBI que no se ha destacado en su corta instancia en la agencia de Washington DC., sin embargo, un allanamiento nocturno logra cambiar el rumbo de su carrera al hacerla protagonista de una investigación de gran ca...