Amándonos

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En el Capítulo Anterior:

__Eres tonto o te haces Joaquín. Usted se va a quedar aquí conmigo. Sabés que hay otra habitación extra y es muy amplia. Así que te quedarás el tiempo que sea necesario. No te apresures en buscar lugar. Resuelve tu vida marital y luego resuelves lo otro. ¿Te parece?

Y otra aventura se emprendería a mí vida. Espero que Joaquín acepte el vivir aquí en lo que resuelve todo. Sera una gran aventura y una hermosa locura el vivir juntos. Y lo hace más interesante el que mi hija esté aquí. Sinceramente ya no me reconozco. Joaquín ha cambiado toda mi vida y para bien. Yo se que es así.
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Continuamos:

(Narra Joaquín)

¿Qué si me parecía? Era la mejor propuesta que había recibido. Yo venía con la intención de quedarme sólo esta noche o quizás dos, pero para nada voy a desperdiciar esta oportunidad.

Imagínense años de años sin vivir bajo el mismo techo que Lucía. Después que el dúo se formó ella utilizó el dinero para irse a vivir sola y Yo ya me había casado. Así que no perdería esto por nada en el mundo. Saber que iba a despertar bajo el mismo techo que ella era grandioso. Así que no dude en decirle que aceptaba.

__Claro que me parece Gachi.—puse mi taza y la de ella en la mesita para poder tomar sus manos.—No puedo creer que desde nuestra juventud volvamos a despertar bajo el mismo techo.

__Más vale que aceptaras porque si no ibas a tener serios problemas conmigo.—acerque mi cara hacía la de ella.— Esta vez despertaremos bajo el mismo techo, pero con otros sentimientos.—rocé sus labios y la besé tiernamente. Segundos después se separó de mi boca y proteste.— Joaquín no estamos solos. Rocío está en su habitación y en cualquier momento puede salir.

__Uhh está bien bonita. Trato de controlarme, pero sabes que es imposible.

__Lo se cariño—puso su mano en mí mejilla y daba pequeñas caricias.— Pero mientras Rocío esté aquí debemos comportarnos.—no me resistí tomé su cara en mis manos y volví a besarla, pero esta vez más apasionadamente.

Bajé una de mis manos hacía el nudo de su bata y lo deshice. Acaricié parte de su pierna y la subí lentamente hasta su cintura dónde la dejé apoyada. Apreté un poco y Lucía soltó un leve gemido. De pronto se escuchó una puerta y la dulce voz de mi sobrina llamando a su madre.

Lucía inmediatamente se separó de mí y se levantó para recoger las tazas. Se puso tan nerviosa que las mismas se le cayeron. Rocío hizo su entrada triunfal. Yo me quedé sentado tratando de que todo pareciera normal.

__¿Mama estás bien?—Lucia seguía agachada recogiendo los pedazos rotos de la taza.— Hola tío! ¿qué haces acá?

__Hola Rocío.—alcancé a decir ya que Lucía de inmediato habló—

__Tu tío de hoy en adelante vivirá aquí. Tiempo indefinido o al menos hasta que termine los trámites de su divorcio. Y estoy bien. Sólo me tropecé y se me cayeron las tazas. Alguno mueve su trasero y me ayuda—nos miró seria—

__Tio ¿cómo es eso? ¿Dejarás a la tía Viviana? Pero si hasta los otros días estaban bien.—dijo sorprendida. Iba a responderle, pero nuevamente Lucía habló—

__Rocio no sabías que las apariencias engañan muchas veces—rodeo los ojos. Cómo amaba a esta mujer por Dios—

__Bueno tío tienes todo mi apoyo y pues bienvenido a casa. Es bueno no estar tan solitas en esta casa.

Si Ella Supiera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora