Deseándola

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Capítulo Anterior:

Y estaba ella muy nerviosa. Ojalá y no sea mi imaginación. Tomé el control y me fuí al otro lado de la cama. Rápidamente me invadió su perfume. Esta mujer olía tan, pero tan bien. Volví a mirarla y estaba tan concentrada en su lectura qué no se dió cuenta que la mirada. Contemplé sus piernas. Cómo quisiera tocarlas. Cómo quisiera subir mi mano y meter mis dedos por su entrepierna. Se notaba claramente que solo llevaba ese pantaloncito y que no había nada debajo de el. Cómo quisiera beber de sus pechos y morderlos hasta hacerla no gemir si no gritar, pero gritar de placer. Cómo quisiera morder sus labios y besarla tan ardiente que no pueda ni respirar.

No sé cómo voy a hacer cuando llegue la hora de irnos a dormir. Juro que lo que llevamos juntos aquí es un par de horas y ya me estoy volviendo loco.
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Continuamos:

( Lucía)

Pensé que Joaquín haría algo. Su mirada era tan intensa. Nunca antes había visto a mi hermano así. Actuando tan raro desde que estamos acá. Le daré su espacio, pero en la cena veré si todo está bien. Ahora yo sigo leyendo y el al lado mío viendo la televisión. Siento su perfume penetrando mi naríz. Mi hermano huele tan rico, tan varonil. Nunca antes me había detenido a oler de esta manera el perfume de mi hermano. No se que carajos me pasa. Será que siempre que nos vemos es cuestión de trabajo, una comida familiar o cuestiones de algunas horas. Pero ahora llevo casi un día entero con el, y en el mismo espacio y se siente diferente. Se siente bien.

Pasaron algunas horas y ya era hora de cenar. Tenía mucha hambre. En un momento deje de leer y me puse a ver una película con Joaquín. Estábamos muy a gusto, pero mi estómago pedía comida.

__ ¿Todo bien Gachi?

__ Si, pero tengo hambre Joa. Pedite la cena ya (le hice pucheros de niña pequeña)

__ Claro mi vida. Y es que mirá la hora que es. Son ya las
9:30 P.M es lógico que tengas hambre. ¿Deseás algo específico? (Me dijo tan tierno y tan consentidor)

__ Quiero una pasta a la Carbonara con pechuga picada en pedacitos y una ensalada. Y para tomar un buen vino, Si! (Le hice un giño)

__ Lo que la consentida diga. Bueno iré por el teléfono y haré el pedido.

__ Gracias Joaquín. Sabés que te adoro hermano. Sos el mejor.

(Joaquín)

Y nuevamente ahí sigue ella haciendo cosas tal vez inconsciente, pero que para mi son totalmente matadoras. Que me haga pucheros, que me guiñe el ojo y a parte siempre anda alagándome hace que me ponga aún más loco de lo que ando.

Me fui hasta el teléfono de la habitación dejándola allí en la cama. Esa cama dónde ahora mismo me olvidaría de la cena y la haría mía allí toda la noche. Pero debo controlar estos pensamientos. Llamé a recepción y ordené dos cenas. Yo pedí lo mismo que Lucía y una buena botella de vino para ambos. De lejos la miré y estaba ella hablando por celular al parecer era mi linda sobrina Rocío. Yo encendí el computador en lo que la cena llegaba. Tenía que ordenar unas cuantas cosas para los ensayos de mañana y pasado.

Pasó al rededor de 45 minutos y nos trajeron la cena. Llamé a Lucía para sentarnos en un pequeño comedor que tenía la habitación y justo al lado esta la ventana dónde se puede visualizar la cuidad. Si estuviera en mí le prepararía algo romántico, pero no puedo por mas que quiera.

__ Esto huele riquísimo. ¿Vos que pediste? (Dijo emocionada)

__ Esperemos que sepa igual a cómo huele. Pedí lo mismo que vos.

Si Ella Supiera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora