Capítulo 53

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En el capítulo anterior:

—Lucía yo te amo. No quiero que estemos mal. Se que algo te pasa. ¿Esas marcas con qué te las hiciste? O debería preguntar ¿Quién te las causó?

—Cuándo me cuentes tú verdad entonces yo te contaré la mía.  Mientras confórmate en saber que no me pasa nada. Así que con permiso ya me voy a dormir.

Le di una mirada molesta y me retiré a mi habitación.

No podía caer rendida a él.  Me ha mentido con algo tan importante y no se lo voy a perdonar.

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Continuamos:

Narra Joaquín

La besé y que delicia sentir nuevamente sus labios. Sólo han pasado cuatro días desde la última vez y parecen años. Dios sabe cuánto la extraño.

La sentí vibrar en mis brazos. Justo cuándo voy a colocar mis manos en su cintura ella frenó todo. Le dije que la amaba y que no quería que andaramos mal, pero ella dijo algo que me ha dejado pensando.

"Cuándo me cuentes tú verdad entonces yo te contaré la mía" y con eso me dió la espalda y se retiró a su habitación.  No creo que sepa nada. Es imposible pues sólo Tali y Yo lo sabemos. En fin ya no le voy a dar mas cabeza a eso. Ya la próxima semana comenzamos gira acá en Argentina y esta semana nos quedan tres ensayos más.  El último será el sábado.

Terminé de recoger los pedazos de la taza que se quebró y limpié el desorden. Fui a la cocina y también limpié lo que Lucía había dejado esta mañana y lo del té.  De pronto miré al piso y allí vi un pedazo de papel todo arrugado.

Debe ser la nota que le dejé esta mañana. Al levantarla efectivamente era eso. Sentí tristeza pues quiero saber que le pasa a mí Amor. Iba todo tan bien.

Sacudí los pensamientos y decidí irme a descansar, pero no sin antes asomarme por la habitación de Lucía.

La puerta no estaba cerrada del todo así que muy suave y sin dejarme sentir entré.

Lucía estaba de lado y profundamente dormida. Completamente desnuda. Nada la cubría ni tan siquiera la sabana. Se veía muy cansada y tierna.

Tenía unas ganas enormes de meterme a la cama con ella. Así que lo hice. Por el otro lado de la cama me subí muy despacio y me acomodé detrás de ella. Quedamos en forma de cucharita. Tomé la sabana y cubrí su cuerpo y el mío. La abracé cómo si no hubiera mañana y le susurré:

"Odio que estemos distanciados. Te amo tanto que no sabés lo que seria capaz por Vos. Te debo muchas explicaciones sobre el pasado y espero que cuándo te cuente me perdones. Te Amo Gachi"

Dicho eso me dormí.

Una luz molestaba mis ojos. Así que los abrí muy despacio. Lucía no bajó las cortinas para que el sol no molestara. Vi el reloj de pared y eran las ocho de la mañana. Ella seguía en la misma posición de anoche y Yo también. Salí despacio para que así ella no se diera cuenta de mi presencia.

Fui directo a la cocina para preparar el desayuno y así cuándo ella despierte no tiene que hacer nada excepto comer.

Veinticinco minutos pasaron cuándo la Dueña y Señora de mi vida hizo su entrada a la cocina.

Narra Lucía

Dicho eso último me fui a la habitación.  Había sido un día de mierda y mirando el reloj ya iba a ser media noche. El desastre de la taza y la cocina lo limpio mañana.

Me quité el albornoz y me tiré en la cama. Sentía mi cuerpo pesado y mi mente no daba para más.  Me acomodé de lado y adiós mundo.

Eran las seis de la mañana cuándo desperté y sentí unos brazos al rededor de mi cintura.  De momento me asusté así que muy lento giré mi cara para ver de quién se trataba y era él. Joaquín bien dormidote y con una respiración profunda.

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