Capítulo 48

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En el Capítulo Anterior:

Me quedé allí sentada sumergida en mis pensamientos y en mis lágrimas.
Tenía que ejercer un plan. Obvio esa mujer del pasado soy Yo. Ahora tengo que ingeniármelas con Viviana y tengo que planificar vengarme de Joaquín. Esto que me está haciendo no se vale y no tiene perdón.

Por ahora actuaré normal. Cómo que nada ha pasado. Pero ahora si va a saber quién es María Graciela Galán Cuervo.

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Continuamos:

De camino a casa me comuniqué con Silvia. Ella tiene muchísimos contactos. Así que le expliqué todo por teléfono y cómo es de esperarse quedó asombrada. Colgamos para que así ella pudiera hacerme ese favor y conseguir si era efectivo que Tali estaba embarazada.

Llegué a casa y por suerte Joaquín no había llegado. No quería verlo, pero tampoco podía actuar rara ante él. Me di un baño y me puse una pijama muy cómoda y ligera. Fui a preparar la cena y la llamada de Silvia que entra.

__Y dime Silvia que conseguiste.

__Lu en realidad no hay buenas noticias. Lo que te dijo Viviana es cierto. Esa Tali esta embarazada de dos meses. Lo siento Lucía.

__Que hijo de puta.—las lágrimas aparecieron y salieron— Gracias Silvia por siempre estar.

__Amiga contigo siempre. En cuanto te vea te daré ese abrazo que tanto necesitas. Por lo pronto Lu trata de estar tranquila. Se que no es fácil. Estas pasando por muchas cosas a la vez, pero es vital que controles tus emociones y no hayan alteraciones grandes. Te quiero amiga.

__Yo te quiero más.

Mientras terminaba de preparar la cena yo seguía llorando. Me era imposible entender que todo ese amor confesado era una mentira. Prometió no lastimarme, cuidarme y eso es lo menos que esta haciendo.

Estaba tan perdida en mis pensamientos que no lo escuché llegar y mucho menos sentirlo cerca de mí. Yo estaba en la estufa moviendo la comida cuándo sus brazos en mi cintura me sacaron de todos esos pensamientos.

__Mi amor por que lloras. Entre y lo único que se escucha son tus sollozos.—dejó un beso en mi cuello

__Nada mi vida. Sólo que de pronto recordé a Rocío.—mentira. Lo de él me está doliendo mucho más y saber que mí hija se fue por Yo aceptarlo y jugármelas todas—.

De pensar eso lloré más. Le tiré a mi hija por esto. Por un hombre que me ha estado viendo la cara. Me dió vuelta y quedé frente a él. Con su rostro tan tranquilo. Cómo puede ser tan descarado y estar mintiéndome de esta manera.

No es el hecho de que estuviera con ella porqué eso no va al caso. No estábamos juntos y él era dueño de hacer lo que quiera. El punto aquí es qué me confesara su amor y prometió cuidarme, amarme y protegerme. Y no ha sido lo suficiente hombre para confesarme lo de su hijo. Eso es lo que me da rabia y dolor. Que me esté ocultando lo de esa criatura que no tiene la culpa. ¿Dónde ha quedado la confianza? ¿Dónde ha quedado todo el amor?

Quitó el cucharon que tenía en la mano y me envolvió en un abrazo. Abrazo que sí necesitaba, pero que dolía al mismo tiempo. Han escuchado que esa persona que te hace daño es la misma que puede curarte. Esa es mi posición.

Aferre mi cabeza en su pecho y lo abracé fuerte. Lloré amargamente pues aunque trataba de entender nada de esto iba a ser suficiente. Me aferré sabiendo que este abrazo sería el último. El último de mi parte lleno de amor.

Si Ella Supiera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora