Capítulo 52 -Narrado por Lucía-

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Aclaración:
✅ La relación de Lucía y Joaquín comenzó en la gira de New York.
✅ Del comienzo de su relación a la actualidad en donde se encuentran ha pasado un mes y medio.
✅ Tiempo entre los encuentros sexuales entre Lucía/Joaquín y Lucía/Sebastián hay sólo día y medio de diferencia; mínimo dos.

Creo que es todo jajaja. Lean.
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Continuamos:

Me di un baño largo. El agua cubría todo mi cuerpo. Mientras sentía el agua caliente recorriendo mi cuerpo imaginaba ese encuentro aquí mismo con Joaquín. Cuánto quisiera repetir ese momento, pero a la misma vez viene a mi mente lo que ha pasado esta noche con Sebastian. Abrí mis ojos de inmediato. Puse las manos en mi cabeza. Que tonta eres Graciela. Me repetía una y otra vez.

Terminé y me puse el albornoz. Miré el reloj y ya eran las cinco de la mañana. No tenía nada de sueño así que fui hasta la cocina a prepararme un té de valeriana. No hice ruido pues no quería tener otra conversación con Joaquín. No puedo negar que lo extraño y que viendo la hora pudiera estar entre sus brazos durmiendo, pero de nada más pensar todo se me esfuman esas ideas.

Acabo el té y me fui a la cama. Luego de algunos pensamientos caí en los brazos de morfeo.

El ruido insistente de mi celular me despertó.

La puta madre de quién sea. Al mirar la pantalla vi el nombre de Sebastián. Por la concha de su madre. No respondí. Vi la hora y marcaba la una de la tarde. Ese té me ayudo mucho. Al levantarme envolví mi cuerpo con el albornoz pues no llevaba nada debajo.

La cabeza me dolía horrores. Salí de la habitación y no había ruido alguno. Al dirigirme a la cocina vi un pote de analgésicos y una nota que leía de la siguiente manera:

"Aquí te dejo esto porqué se que te has levantado con resaca por tu escapada de anoche. También te he dejado en la nevera zumo de naranja exprimido por mí. En la cafetera ya está listo el café. Espero estes cuerda para el ensayo de hoy. Te Ama Joaquín"

Vaya nota. La tomé en las manos y la estruje toda. La tiré por cualquier parte. Preparé cualquier tontería y fui a alistarme.

El teléfono no paraba de sonar. Tenía muchas llamadas de Sebastián. Lo peor de todo es que me lo encontraría en el ensayo. Terminé todo y me encaminé al bendito ensayo.

Horas Más Tarde...

Llegué al Teatro y por suerte hoy nos tenían camarines. El ensayo se había retrasado y bueno fue lo mejor. No tenía ánimos de hablar con nadie. Fui hasta mi camarín y me senté de inmediato en el sofá. A pesar de que dormí bastante parece que no fue suficiente. Tiré mi cabeza hacía atrás y cerré mis ojos.

No sé cuánto tiempo pasó que de momento di un brinco que caía sentada con el portazo fuerte que dieron. Me asusté.

- ¿Porqué carajos no respondes mis llamadas?- soltó un molesto Sebastián-

- ¿Y se puede saber porqué carajos entrás así a mí espacio personal? Acaso no te enseñaron a tocar la maldita puerta antes de acceder a algún lugar- le dije aún más molesta-

Yo me levanté del sofá y lo ví acercándose a mí. No niego que su mirada me intimidó pues nunca antes lo había visto así. Me tomó por los brazos y ejercía presión. Me estaba doliendo.

-Llevo llamándote todo el puto día. ¿Porqué te fuiste así cómo si nada?

-Suéltame que me lástimas- dije tratando de zafarme-

-No te voy a soltar hasta que me digas.

-Es que no hay nada que decir malditasea. Lo de anoche no fue nada. Un simple revolcón y ya.

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