No Quiero

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En el Capítulo Anterior:

__Si, pero me iré a mi habitación antes que Rocío despierte para la universidad.—se acomodó más en mi pecho y enredó sus piernas con las mías.—

__Perfecto bonita. Así ambos podremos dormir y no desvelarnos. Ahora descansa. Te amo tanto.

No recibí respuesta por su parte. Cómo pude me fijé y se había dormido. Dios, ella era tan perfecta. La abracé más a mí y agradecí al universo por ella. Después de mi hijo ella era lo más importante para mí.

Bese su cabeza nuevamente y me rendí a los brazos de Morfeo junto con ella.
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Continuamos:

(Narra Lucía)

Decidí llevar a Joaquín a la que sería su habitación. Ya cómo que nos estábamos arriesgando mucho y eso no era. En mi interior yo sé que me iba a pedir que entrara y si eso pasaba de ahí no iba a salir. Así que me despedí de él y le tiré un beso.

Me perdí entre la obscuridad del pasillo que llegaba hasta mi habitación. Al entrar solté un gran suspiro. Fui hasta mi cama y me acurruqué. Me acomodé de costado y cerré mis ojos. Segundos después siento el ruido de la puerta del otro baño que queda en el pasillo. Ese de seguro es Joaquín. La puta madre cómo dormiré sabiendo que a pocos pasos esta él. Pasaron los minutos y la puerta de nuevo sonó. De seguro estaba envuelto en la toalla todo mojadito.

¡Ya Lucía! Me dije. Tenía que controlarme y ser fuerte, pero tenía unas ganas tremendas de cogérmelo y dormir entre sus brazos. Me di vuelta para el otro lado y traté de dormirme. Fue imposible. No llegué a conciliar el sueño. Miré el reloj y eran las dos de la madrugada. Decidí irme al cuarto de Joaquín. Tenía necesidad de él. Me quité el pijama que tenía puesto junto con la ropa interior y la dejé ahí encima de la cama pues no podía perder tiempo en ir a mi baño al cesto de ropa. Quedé totalmente desnuda y envolví mi cuerpo en la bata con el nudo.

Salí muy silenciosamente y me paré frente a la puerta de la habitación. Dudé muchas veces en entrar, pero me decidí y pasé. Muy lento abrí la puerta y la idiota rechinó un poco. Joaquín se movió, pero seguía con los ojos cerrados. Yo suavecito me trepé en la cama y fui acercando mi cara a la suya. Justo cuándo voy a darle un beso él abrió sus lindos ojos.

Ambos saciamos nuestras ganas y Yo quedé más cansada de lo que estaba. Me acurruqué en el pecho de mí Joaquín y me dormí.
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(Mañana Siguiente)

Desperté por culpa de los rayos del sol que me pegaban fuerte en la cara. Pondré unas cortinas más obscuras. Espera mi cuarto ya las tiene que digo. Abro mis ojos y me doy cuenta que no estoy en mi cuarto. Comienzo a recordar todo lo que paso y una gran sonrisa se forma en mis labios, pero automáticamente la borro. ¿Que hora es? Dios mío Rocío de seguro está por levantarse o peor aún ya debe estar despierta y dónde demonios está Joaquín. Ay la puta que me parió. Miré el reloj y eran las diez de la mañana lo que significaba que Rocío ya no estaba, pero eso también significaba que la muy hija mía sabía que yo no estaba en mí cuarto. Ella cada mañana pasa por mi habitación con cualquier pretexto, ya sea a tomar prestado algo o simplemente a despedirse.

En fin cómo se ha hecho costumbre en mí algo luego le inventaré. Ahora buscaré a mí hermano a ver porque mierda no me despertó.

Si Ella Supiera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora